El Dr. Eduardo Llugdar, vicepresidente primero del Superior Tribunal de Justicia, fue distinguido con el galardón “Maestro Internacional Destacado 2025”, reconocimiento otorgado por la Corporación Internacional de Escuelas de Derecho y Gestión Pública (C.I.D.E.D), en el marco de una jornada académica virtual de alcance internacional.
El encuentro reunió a reconocidos juristas y profesionales de distintas disciplinas provenientes de países de Latinoamérica y España. La dirección y moderación de la actividad estuvo a cargo del jurista peruano Dr. Walter Zevallos, coordinador académico de la institución, quien explicó que los galardonados por la Academia Internacional son docentes de las áreas del Derecho y Ciencias Afines, en representación de 20 países.
Durante su intervención, Zevallos destacó que el reconocimiento se otorga en agradecimiento, gratitud y admiración por la excelencia, trascendencia y aportes que los distinguidos académicos han logrado durante el año, superando fronteras nacionales y continentales, y contribuyendo al fortalecimiento de la cultura jurídica y la cultura general a nivel internacional.
Al referirse al magistrado santiagueño, Zevallos subrayó que “es innegable que los aportes del Dr. Llugdar son valorados en toda la región y Europa. Nos complacemos de tenerlo dentro de nuestro grupo principal de maestros internacionales y reconocemos en usted no solo a un gran juez, sino también a un maestro con un profundo espíritu de enseñanza, cuyo pensamiento y obra merecen ser proyectados”.
Al momento de recibir el reconocimiento, el Dr. Llugdar expresó su agradecimiento y reflexionó sobre el rol de los académicos y profesionales del Derecho. Señaló que la formación académica conlleva un gran compromiso y responsabilidad, y advirtió sobre los riesgos de una especialización extrema que olvide las bases generales de toda disciplina, remarcando que la dignidad humana debe ser la guía de toda formación.
Asimismo, realizó un llamado a los académicos de distintas ciencias a pensar en la humanidad y en la dignidad humana como valores superiores, incluso por encima de la ortodoxia y la dogmática propias de cada disciplina. En el cierre de su intervención, el magistrado instó a asumir una mirada comprometida desde la ciencia, la academia y el ámbito judicial, orientada a la protección de las conductas humanas y los derechos fundamentales, con el objetivo de contribuir a un mundo más justo.
