Muy lejos de la imagen que dejó la mañana del 24 de diciembre, cuando las peatonales colapsaban de vecinos realizando compras de último momento, este 31 de diciembre ofreció una postal completamente distinta. La radiografía de la crisis se reflejó con crudeza en una escena imposible de pasar por alto: el centro de la ciudad, prácticamente vacío.

La sensación era la de un día feriado. Con locales abiertos pero sin clientes y escaso movimiento peatonal, las calles céntricas mostraban un silencio poco habitual para una jornada previa a Año Nuevo. Así lo relataba Omi Estanciero en La Mañana de Info, durante su recorrido por la ciudad.
El mismo panorama se repetía en las cuadras alejadas del casco céntrico, donde el tránsito y la actividad comercial también brillaban por su ausencia.

Si bien el intenso calor podría aparecer como una explicación, ya que la ola de calor golpea con fuerza a la Madre de Ciudades desde las primeras horas del día, el argumento pierde peso al recordar que el 24 de diciembre las temperaturas eran similares y, sin embargo, la postal fue completamente distinta.
¿Será que la gente gastó el aguinaldo en los regalos del arbolito o, simplemente, no está llegando a fin de mes? Nos espera un año nuevo atípico, y triste, aunque muchos no lo quieran ver.
