El Día de Muertos es una de las tradiciones más emblemáticas y coloridas de México donde, a través de ofrendas, se honra la memoria de aquellos que han fallecido. Las fechas más significativas son el 1 y 2 de noviembre.
Entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre se conmemora Halloween, mientras que el 1 de noviembre es la jornada asignada originalmente en México para reivindicar a los seres queridos que ya no están en la Tierra.
El origen
El 2 de noviembre se conmemora el Día de los Muertos en todo el mundo, incluso en algunas partes de Argentina, y es una celebración enfocada en aquellas personas que ya no están y son recordadas en esta jornada para honrar su memoria.
Esta tradición tiene sus raíces principalmente en México, pero también se extiende a otros países de Latinoamérica y el mundo que se sumaron a esta festividad. La misma se trata de una jornada dedicada a la veneración y a celebrar con los seres queridos la alegría de haber coincidido con las personas que ya no están y tener presente su espíritu con algunos rituales específicos.
El Día de los Muertos es una celebración tradicional mexicana que honra a los difuntos. Sus orígenes se remontan a las civilizaciones prehispánicas como los aztecas, mexicas, purépechas, nahuas y totonacas, que rendían culto a la muerte.
Estas culturas veían la muerte como parte integral de la vida y creían en la existencia de un ciclo continuo. Posteriormente, con la llegada de los españoles en el siglo XVI y su influencia cristiana, la festividad se fusionó con tradiciones católicas como el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos.
Actualmente, el Día de los Muertos es una síntesis de estas tradiciones prehispánicas y católicas y se celebra principalmente el 1 y 2 de noviembre, con altares, ofrendas y visitas a los cementerios para recordar y honrar a los seres queridos fallecidos.
En 2008, la UNESCO declaró esta festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.