“Ni una lágrima se le cayó”, aseguró la fiscal que investiga la muerte de una bebé que fue asesinada a golpes, después de confirmar que había sido detenida la madre de la pequeña y la pareja de la sospechosa del crimen.
El asesinato se descubrió cuando la acusada, una mujer de 31 años llamada Magalí Cruceño, llegó en una ambulancia del SAME con la bebé en los brazos al Hospital Vicente López y Planes en el partido bonaerense de General Rodríguez y dijo que con su pareja, Ariel Yedro, habían tomado la decisión de tener el parto en su casa.
Los médicos que ingresaron a la criatura en el sector de Neonatología detectaron que la menor tenía “lesiones en laringe con sangrado abundante, hematomas en maxilar inferior y zonas de equimosis (moretones)” a simple vista, intentaron estabilizarla pero el daño era irreversible.
Tras la muerte de la beba, la autopsia confirmó las sospechas de los profesionales. Según los forenses, la víctima presentaba un aplastamiento de cráneo, tres costillas rotas del lado izquierdo y tenía moretones en todo el cuerpo. Además pudieron establecer que la asesinaron pocos minutos después de nacer.
Indignación
“A la niña ni siquiera le sacaron el cordón umbilical”, precisaron fuentes judiciales. Con estos elementos, la fiscal Gabriela Urrutia de la Unidad Fiscal de Instrucción número 10 del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez, ordenó las detenciones de la madre y su pareja, a quienes imputó por el delito de homicidio agravado en perjuicio de la bebé.
Según trascendió, ambos se negaron a declarar ante Urrutia y la sospechosa quedó hospitalizada con custodia policial en el área de Ginecología del sanatorio.