Un nuevo milagro le atribuyen a Mama Antula en Santa Fe. La santa santiagueña fue la primera argentina en llegar a este grado otorgado por la Iglesia Católica, por lo que su devoción se extiende por todo el país.
Este sábado, una familia de a vecina provincia contó al medio Aire de Santa Fe que una de las integrantes, de 15 años despertó de un ACV. El accidente cerebrovascular se le produjo un día antes de su cumpleaños.
La enfermedad sobrevino en junio de este año, un viernes, cuando la adolescente, a punto de vivir uno de los momentos más esperados de su vida, experimentó el devastador episodio.
Abril fue trasladada de urgencia al Hospital José María Cullen, tras sufrir diez convulsiones. Su diagnóstico inicial era sombrío: los médicos indicaron “muerte cerebral” y pocos daban esperanza de recuperación.
Sin embargo, la familia de Abril se aferró a su fe y decidió rodearla de energía positiva, apartando cualquier comentario o pronóstico negativo. Mirta, su abuela, habló le dijo al citado medio que desde el primer momento recurrieron a Dios y a la intercesión de Mama Antula para pedir por la vida de su nieta.
“Siempre rezábamos a Mama Antula para que la ayudara a salir de esta situación tan grave”, compartió Mirta, visiblemente emocionada.
Cinco meses de incertidumbre
Tras cinco largos meses de recuperación, Abril logró salir del estado crítico en el que se encontraba. Su abuela expresa una inmensa gratitud no solo hacia Mama Antula, a quien la familia considera clave en la recuperación de la joven, sino también hacia el personal del Hospital Cullen.
“No tenemos palabras para agradecerles. Mama Antula para nosotros es todo, y el personal del Cullen se portó de maravillas”, añadió Mirta, conmovida.
Los primeros treinta días fueron especialmente difíciles para la familia, en medio de diagnósticos inciertos y sufrimiento constante. En ese período de angustia, una monja se acercó a ellos y les instó a no perder la fe, a pesar de la gravedad de la situación. “Ella va a salir”, era la frase que se repetían los familiares, aferrándose a la esperanza.