Esta semana, la Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP) abrió una investigación sobre las actividades de recolección de datos personales que la empresa Worldcoin ejecuta en el país.
Por medio de una carta, la agencia del gobierno argentino solicitó datos a la Fundación Worldcoin para verificar que la empresa está tomando todas las medidas a su alcance para proteger la privacidad de los ciudadanos que participan en el proyecto.
Pero, ¿de qué se trata Worldcoin? ¿Por qué llama la atención a tanta gente y cuál es la razón por la que el Estado argentino tomó cartas en el asunto?
Qué es WorldCoin
El fenómeno Worldcoin no es nuevo. La empresa de los orbes plateados que escanean ojos llegó al país a fines del año pasado y comenzó sus actividades tímidamente en el verano en un par de ciudades de la costa bonaerense y luego en stands en eventos cripto de la ciudad de Buenos Aires.
Según la propia empresa, su objetivo es poner en marcha una red global financiera y de identidad basada en “pruebas de humanidad”.
El proyecto, que ya cuenta con más de 2 millones de usuarios en beta, se trata básicamente de una empresa que certifica la identidad humana en el mundo digital a cambio de dinero. El procedimiento consta de una verificación (de que quien lo realice es verdaderamente es humano) y se gestiona a través de lo que ellos denominan The Orb, un lector digital que escanea la biometría del iris en segundos.
Así, a cambio de proporcionar un escaneo biométrico del iris, Worldcoin recompensa con una suma en su criptomoneda (alrededor de 50 dólares).
Worldcoin y la protección de los datos privados de las personas
La empresa del creador de ChatGPT argumenta que el proyecto fue creado con la idea de proporcionar una solución a los problemas emergentes del auge de la IA en la economía mundial. Y sostienen que la criptomoneda podría servir como una especie de ingreso básico universal.
Sin embargo, muchos critican la idea de vender los datos personales por un puñado de criptomonedas, y se preguntan cómo es el manejo de esa información obtenida, quién o quiénes tienen acceso esos datos, y advierten sobre filtraciones, robos o accesos indebidos a la base de datos.
En principio, los datos biométricos de las personas son inmutables y permiten la identificación remota de individuos sin su consentimiento, lo que podría dar lugar a posibles abusos de privacidad.
Por otra parte, hay quienes alertan sobre un posible fin del anonimato digital tal como lo conocemos: al brindarle a Worldcoin información biométrica del iris, una de las maneras más seguras de identificación para evitar fraudes pierde su efectividad.
Recordemos que los datos biométricos son únicos e inherentes a las personas (no hay dos huellas digitales, ni dos iris iguales), y no se pueden modificar o cambiar, como una clave o contraseña.
Además, al ceder esta información a una empresa privada, la privacidad y la seguridad de los datos de cada uno quedan a la merced de quienes manejan las compañías y se abre el debate jurídico sobre la cuestión al no existir una regulación al respecto.
La respuesta de Worldcoin
Así, ante la llamativa cantidad de registros en la app y las largas colas para escanearse los ojos a cambio de criptomonedas, el gobierno argentino, por intermedio de la AAPI, pidió explicaciones.
Y Worldcoin Foundation respondió. La empresa aseguró categóricamente que no divulgará esta información a terceros, excepto a aquellos involucrados o que colaboren directamente con el proyecto en el futuro.
En un comunicado, la firma declaró: “Worldcoin fue diseñado para proteger la privacidad individual, y construyó un sólido programa de privacidad. El proyecto cumple con todas las leyes y normativas que rigen el tratamiento de datos personales en los mercados en los que Worldcoin está disponible, incluida, entre otras, la Ley 25.326 de Protección de los Datos Personales de Argentina”.