Hace apenas una semana los ejecutivos afirmaban con la boca pequeña que en efecto la autora estaba involucrada en la serie, pero con un rol más bien testimonial.
The Wizarding World no ha tenido un rendimiento provechoso para Warner en los últimos años, hasta el punto de que cada entrega de Animales fantásticos se las apañaba para ir decepcionando cada vez más en taquilla. Con Los secretos de Dumbledore se optó por clausurar este proyecto de precuela de Harry Potter, y parecía que ahí quedaba la asociación con J.K. Rowling hasta que, en 2023, Hogwarts Legacy fue un éxito de ventas. Un videojuego capaz de revitalizar la marca, y de convencer a Warner de que merecía la pena seguir invirtiendo en este mundo mágico. También, de seguir en tratos con Rowling.
Así que ahora mismo no solo está en marcha la inevitable secuela para consolas de Hogwarts Legacy: también una serie que vuelva a adaptar las novelas de Harry Potter pese al escaso tiempo transcurrido desde Las reliquias de la muerte. Esta serie dedicaría una temporada a cada libro, en un proyecto de amplísima escala que ya le está dando quebraderos de cabeza a la major por la mala publicidad que supone continuar trabajando con Rowling. Y es que, más o menos desde 2020, la autora multiventas ha impulsado un activismo tránsfobo por redes sociales que no ha dejado de ir a más, hasta el punto de dividir al fandom.
También a algunos de sus colaboradores. Los actores protagonistas de las sagas cinematográficas que ha inspirado (de Daniel Radcliffe a Eddie Redmayne) han manifestado su repulsa por la actitud de Rowling, mientras otros actores como Ralph Fiennes, Jim Broadbent y Helena Bonham Carter han preferido apoyarla. En cuanto a Warner y su brazo televisivo HBO (responsable de la próxima serie), pues es algo más complicado. La semana pasada se lanzó un comunicado más bien neutro donde la directiva revelaba que el rol de Rowling en la nueva serie de Harry Potter era testimonial, apenas una consultora.
Ahora, según Variety, los ánimos se han encendido un poco. Ante las críticas que no dejan de llegar desde redes sociales, HBO defiende el “valor incalculable” de las aportaciones de Rowling. La escritora va a seguir trabajando con ellos, es un activo de gran valor en el Wizarding World, y su discurso de odio contra el colectivo trans no lo va a entorpecer. “J.K. Rowling tiene derecho a expresar sus opiniones personales. Vamos a centrarnos en el desarrollo de una nueva serie que solo se va a beneficiar de su colaboración”, cuentan desde la compañía.
Todo apunta a que, una vez se estrene la serie de Harry Potter (supuestamente en algún punto temprano de 2026), lo hará con el nombre rutilante de Rowling en los créditos.