En pleno apogeo del gobierno de Carlos Saúl Menem, el 16 de diciembre de 1993 se produjo un hecho al que los libros de historia llamaron “El Santiagueñazo”. Se cumplen 31 años de aquel momento, y en estas líneas recordamos qué pasó, y los motivos que llevaron a nuestros comprovincianos a levantarse y prender fuego la Casa de Gobierno.
La protesta que se registró ese día estaba encabezada por los trabajadores estatales, docentes y desocupados. Cansados del ajuste que estaba llevando adelante el gobierno nacional, protagonizaron una rebelión que se recuerda hasta este día.
Los trabajadores llevaban tres meses de sueldos atrasados. Además se había previsto un recorte del 50%, lo que originaría 10.000 desocupados más. La crisis fue escalando cada día hasta que la revolución fue inevitable.
Las protestas llegaron a Casa de Gobierno, luego el edificio del Poder Judicial, la Legislatura Provincial y el Archivo de la Provincia. El gobernador de ese entonces, Fernando Martín Lobo, dimitió. Sus políticas neoliberales alineadas al mando nacional causaron estragos.
El plan impulsado por Menem en Nación y replicado por los gobernadores en las provincias estaba diseñado por el FMI y el Banco Mundial. El objetivo era achicar el gasto estatal y privatizar las empresas del Estado.
No solo los edificios fueron tomados por los trabajadores cansados del atropello a sus derechos, sino que también fueron hasta las casas de ex gobernadores, a las que prendieron fuego. Posteriormente buscaron a diputados que consideraban corruptos.
Esta situación llegó a oídos del prócer predilecto de Javier Milei, quien en ese entonces se encontraba en Roma. Desde allí, Menem ordenó que Santiago del Estero sea intervenida. Designó a Juan Schiaretti para esta tarea.