Vanesa Estefanía Ledesma, una joven de 18 años oriunda de un paraje cercano a Brea Pozo que había migrado a Buenos Aires en busca de trabajo, fue asesinada por su novio mientras se encontraban juntos en la casa donde residían en Monte Grande, al sur del conurbano bonaerense, convirtiéndose en otra víctima de femicidio.
El brutal ataque se conoció ayer, pero sucedió el pasado 7 de diciembre cuando Vanesa fue hallada sin vida sobre la cama de su habitación, estrangulada con una bufanda que sería de su propiedad.
Según la información sobre la causa, Vanesa vivía con su novio Walter Miranda y su “mejor amiga” llamada Yaneth, de Brea Pozo.
Su muerte salió a la luz cuando los integrantes del Comando Patrulla de la zona recibieron una alerta en el número telefónico de emergencias 911, la cual hacía referencia a una persona fallecida en una finca situada en calle Alfonso Amat y la ruta provincial 16.
Al arribar al mencionado lugar, los uniformados hallaron el cadáver de la joven que yacía sobre la cama sin vida. Allí también estaba Walter —de 28 años— quien les contó que en la madrugada del sábado habían estado reunidos en un bar del vecindario.
Según el relato del principal sospechoso, su pareja se había retirado del comercio luego de una violenta discusión, supuestamente para dirigirse rumbo a su domicilio, y cuando regresó la halló sin vida, insinuando que se trató de un suicidio.
A raíz de las evidencias halladas en la vivienda y las incoherencias y contradicciones en el relato de Miranda, los pesquisas lo detuvieron sospechando que sería él quien mató a la adolescente como epílogo de una discusión.
Averiguaciones
Los voceros judiciales al requisar el interior de la finca, consiguieron incautar frascos que se sospecha que tenían marihuana y varios medicamentos, por lo que los investigadores suponen que el agresor habría actuado tras el consumo de sustancias estupefacientes o de psicofármacos, aunque tampoco se descartan otras hipótesis con respecto a lo acontecido.
Peritos de la Policía Científica, al ser convocados por las autoridades de la Justicia, revisaron luego a la occisa, y lograron entonces determinar que Vanesa murió por asfixia y que a su vez no presentaba señales de haberse defendido del mortal ataque.
Con la contundencia de que se trató de un femicidio, los investigadores consiguieron varios testimonios de habitantes del barrio, quienes les dijeron que, momentos antes, habían escuchado gritos y una pelea en la casa donde vivía la pareja.
Intervino en la causa penal, que preventivamente fue caratulada “Femicidio“, la Unidad Funcional N° 2 de Garníca, de los tribunales de la jurisdicción.