En uno de los tantos colectivos que llegaron a la fiesta central en honor a Mama Antula, llegó desde La Banda, Zulma Gladis Ocampo. En su silla de ruedas desde un accidente, acude a distintas fiestas patronales porque es sumamente creyente, pero también porque puede vender rosarios que elabora en su casa.
Contó a Info del Estero que hace poco pudo comprarse una silla de ruedas eléctrica y que ahora trabaja para comprar un cargador para las baterías. Cree fielmente que Santa María Antonia de Paz y Figueroa no la va a abandonar y que, mientras tenga salud, tiene toda la voluntad para salir adelante por sus propios medios.
“Mi pensión no me alcanza para nada, pero yo la lucho día a día, porque podés lograr todo si ponés mucha voluntad. Yo me vine en un colectivo, subo como puedo porque no están adaptados, pero vine con la esperanza de vender y vendo”, comentó horas antes de la misa central en el Santuario Arquidiocesano.
Se siente agradecida por lo que tiene. “No me puedo quejar-añadió- no paso hambre, tengo un techo. Estoy muy pero muy enferma; me sacaron un tumor, pasé varias situaciones, pero nunca bajé los brazos. Dicen que cuando la voluntad es grande, todos los obstáculos son pequeños. Yo pienso que voy a seguir adelante, a seguir viviendo hasta que Dios lo decida, tengo 70 años y me gusta armar rosarios, pulseritas y voy a las fiestas patronales a vender”.
En esta oportunidad, pidió a la Santa argentina que todos tengan salud y acceso al trabajo. “Cuando vos tenés la cabeza ocupada, no tenés tiempo para la depresión, ni para el ataque de pánico, ni nada… Luchar por sobrevivir y tener un trabajo digno es lo más lindo que puede haber. Y pido que nos dé salud, sin eso no somos nada”, concluyó.
