El presidente Javier Milei arribó a Bahía Blanca una semana después del devastador temporal que dejó miles de damnificados. Su llegada, con un fuerte operativo de seguridad, se realizó sin aviso oficial ni coordinación con las autoridades locales, en un intento del gobierno por evitar lo que denominó una “politización” de la tragedia. Sin embargo, el malestar de los vecinos se hizo sentir de inmediato.
Ver esta publicación en Instagram
Apenas descendió en la zona afectada, los reclamos se multiplicaron. “¡Son una manga de caretas! ¡Traé los colchones! ¡No trajeron uno solo! ¡Cuatro nenes durmiendo en un colchón!”, exclamó un hombre, visiblemente indignado, mientras Milei y su equipo recorrían el lugar escoltados por efectivos de seguridad. Las imágenes del momento reflejaron la tensión en el ambiente, con vecinos exigiendo respuestas y asistencia concreta.
El gobierno sostiene que ya se han transferido diez mil millones de pesos a la provincia y que se enviaron recursos mediante aviones Hércules y un tren con donaciones. Sin embargo, en el terreno, las necesidades siguen siendo urgentes. El mandatario supervisó el montaje de un puente militar en el Canal Maldonado, acompañado por el intendente Federico Susbielles, y escuchó explicaciones de ingenieros del Ejército sobre la obra. Pero la escena no logró calmar el enojo de los bahienses, que reclamaron ayuda directa para quienes lo han perdido todo.
El hermetismo con el que se manejó la visita presidencial contrastó con la cobertura mediática de ciertos sectores afines, lo que generó aún más desconfianza entre los damnificados. Mientras la asistencia llega de manera fragmentada, el sentimiento predominante en la ciudad es que la respuesta oficial ha sido insuficiente. Para los vecinos, la política continúa con su estrategia, pero la emergencia sigue sin resolverse.
