La UBA advierte que hasta un 30% del agua embotellada tiene altos niveles de nitrato

En el Día Mundial del Agua, expertos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) advirtieron sobre viejos y nuevos desafíos del acceso al agua segura. Ocurre que, en algunas regiones de Argentina cerca del 60% de la población está expuesta al arsénico, un problema que de muy vieja data que aún no halla solución definitiva.

Pero además, advierte que “hasta un 30% del agua embotellada presenta niveles de nitrato por encima de los límites recomendados”. Esto adquiere gran relevancia en estos últimos años en el que la demanda doméstica de agua embotellada es más frecuente.

“En concentraciones altas como las descritas, el nitrato tiene un efecto tóxico agudo en bebés menores a 4 meses o prematuros que se alimenten con una fórmula láctea preparada con el agua contaminada. Se trata de una población muy específica, pero el efecto es grave”, explicaron desde la casa de estudios.

Las diferencias en la calidad del agua para el consumo varían en todo el país. La de red, en la mayoría de las áreas urbanas cumple con los estándares de seguridad, pero varía considerablemente según la región y el proveedor del servicio.

En este contexto, los expertos señalan la necesidad de un control más riguroso, inversiones en infraestructura y campañas de concientización para prevenir los riesgos sanitarios derivados de la contaminación.

Los riesgos

El agua contaminada tiene numerosos riesgos para la salud, a corto y largo plazo. Puede ser portadora de agentes microbiológicos, como virus, bacterias y parásitos, que se transmiten a través de la vía fecal-oral y causan enfermedades graves, entre ellas fiebre tifoidea, cólera y hepatitis A.

Además, los contaminantes químicos del agua, como el arsénico, el plomo y los nitratos, tienen efectos a largo plazo en la salud, pudiendo provocar enfermedades crónicas y cáncer.