La Guardia Suiza Pontificia, el cuerpo militar más pequeño y antiguo del mundo, ha protegido al Papa y al Vaticano desde su fundación en 1506 por el Papa Julio II. Este cuerpo, compuesto por 135 soldados suizos, es conocido por su distintivo uniforme renacentista y su compromiso inquebrantable con la seguridad del Sumo Pontífice.
A lo largo de su historia, la Guardia Suiza ha demostrado una valentía excepcional, destacando su heroica defensa del Papa Clemente VII durante el Saqueo de Roma en 1527, donde 147 de sus 189 miembros perdieron la vida protegiendo al Pontífice.
La Guardia Suiza y el Papa Francisco
El Papa Francisco mantuvo una relación cercana y afectuosa con la Guardia Suiza. En diversas ocasiones, expresó su aprecio por su labor y destacó la importancia de que los guardias formen familias, señalando: “Me gusta el hecho de que los guardias se casen; me gusta que tengan hijos, que tengan una familia. Esto es muy importante”.
Además, durante las ceremonias de juramento de nuevos reclutas, el Papa Francisco instó a los miembros de la Guardia Suiza a vivir el amor fraterno y a poner en práctica el Evangelio en cada situación y encuentro. Les recordó que su servicio no solo es una labor de seguridad, sino también una expresión de fe y dedicación al prójimo.
La Guardia Suiza continúa siendo un símbolo de lealtad y servicio, adaptándose a los tiempos modernos sin perder su esencia histórica. Su compromiso con la protección del Papa y su cercanía con la comunidad vaticana reflejan la importancia de su labor en la Iglesia Católica.
