
El gobernador del estado de Washington, Bob Ferguson, firmó una ley que obliga a los miembros del clero a denunciar casos de abuso infantil a las autoridades, incluso si esa información se conoció en el contexto del sacramento de la confesión.
La norma convierte al clero en denunciantes obligatorios bajo la legislación estatal, y elimina cualquier exención basada en la “comunicación privilegiada” o en prácticas religiosas, como el secreto de confesión. Se trata de una versión modificada de un proyecto anterior presentado en 2023, que sí contemplaba excepciones para confesiones realizadas de forma exclusiva durante el sacramento. La nueva ley no incluye esa salvedad.
Ferguson, quien se identifica como católico, expresó que comprendía el valor del rito religioso, pero consideró la norma “importante” y necesaria para la protección de la infancia.
En respuesta, el obispo de Spokane, Thomas Daly, afirmó que los sacerdotes no violarán el sigilo sacramental, aun si eso implica enfrentar consecuencias legales. “Pastores, obispo y sacerdotes están comprometidos a mantener el secreto de confesión, incluso hasta el punto de ir a la cárcel”, manifestó. Daly subrayó que el sacramento de la penitencia continuará siendo considerado sagrado en su diócesis.
El prelado explicó además que la Diócesis de Spokane cuenta con un área específica dedicada a la protección de menores, y que sostiene una política de “tolerancia cero” frente al abuso sexual infantil.
El caso de Washington se suma a otras iniciativas similares presentadas en diferentes estados de Estados Unidos. Proyectos de ley con objetivos parecidos fueron introducidos en Montana, Vermont y Delaware durante 2023, aunque ninguno logró avanzar en sus respectivas legislaturas.