El peronismo entre el 2023 y el 2025: del triunfo en la primera vuelta al retroceso actual

En los pasillos del PJ, lo que se dice luego del super domingo electoral, es que en 2023, el peronismo logró la unidad detrás de Sergio Massa, alcanzando el triunfo en primera vuelta. En un contexto económico delicado y con la amenaza libertaria en ascenso, el movimiento supo cerrar filas y consolidarse como alternativa de gobierno. Esa unidad fue la clave para sostener competitividad y representación peronista.

Para 2025, esa unidad quedó en el pasado. Las elecciones legislativas provinciales marcaron un fuerte retroceso, con un peronismo disperso y fragmentado en gran parte del país. Las disputas internas impidieron una estrategia compartida, lo que se tradujo en múltiples listas electorales peronistas y en una pérdida de peso territorial. El resultado fue una división que debilitó a todo el espacio.

En Chaco, el voto peronista cayó 10 puntos, con listas enfrentadas entre Jorge Capitanich y el oficialismo local. En Salta, la caída fue aún más profunda: del 37,6% en 2023 a apenas el 7,4% en el 2025. En Jujuy, el peronismo quedó dividido entre al menos tres espacios distintos y pasó de un 32% en las elecciones generales de 2023 a un 13,7% en las legislativas de este año. Incluso en San Luis, donde hubo un leve repunte (27,2% en 2023 y 28% en 2025), no alcanzó para ganarle a la tendencia nacional.

Este retroceso evidencia que sin una conducción clara, como fue la de Sergio Massa en 2023, ni una estrategia común, el peronismo pierde competitividad electoral y territorial. El castigo por la fragmentación fue contundente y al no lograr recomponer su unidad, el peronismo corre el riesgo de convertirse en una fuerza secundaria frente al avance de los demás espacios políticos.