Según un reporte difundido por la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), en los primeros cuatro meses de 2024 se ubicó en el equivalente a 42,4 kilos por habitante/año. Se trata de una merma del 18,5% versus igual período de 2023 o una retracción de 9,6 kilos, ya que entre enero y abril del año pasado el consumo por habitante fue de 52 kilos equivalente por año. El dato surge de una serie estadística de Ciccra considerando desde 2011. En esa serie el anterior peor registro al primer cuatrimestre del año fue lo que pasó entre enero y abril de 2021, cuando el consumo por habitante estuvo en 46,8 kilos por habitante.
Vale recordar que, al margen de la pérdida del poder adquisitivo de la población, el consumo de carne bovina ha ido perdiendo terreno frente al crecimiento de otras carnes. El año pasado, el consumo de carne vacuna cerró en 52,4 kilos por habitante, según Ciccra. En tanto, el consumo de carne de pollo por habitante se posicionó en 49,3 kilos por habitante, con un crecimiento de dos kilos versus 2022. El cerdo también viene en alza y ya está, considerando la performance de abril último, en 21,7 kilos. En diciembre de 2023 este producto estaba en 21,1 kilos por habitante por año.
Los datos sobre la caída del consumo de carne vacuna por habitante prenden una luz de alarma para lo que pueda ocurrir el resto del año. Sobre todo para ver cómo termina 2024. La cámara frigorífica tiene registros desde 1915 y, hasta el momento, el nivel más bajo de consumo de carne vacuna de todo un año fue en 1920, con 46,9 kilos por habitante. En tanto, el mayor consumo de la historia se dio en 1956 con 100,8 kilos por habitante por año.
Para llegar a los datos sobre el comportamiento en el mercado doméstico, Ciccra evaluó variables como lo que se produjo y también quedó para la venta al exterior. Sobre la producción indicó: “En el cuatrimestre enero-abril del corriente año la industria frigorífica vacuna argentina produjo 988.000 toneladas equivalente res con hueso de carne. Esto representó una baja de 7,7% interanual, que se tradujo en una retracción de 82.400 toneladas res con hueso de la oferta de carne vacuna”.
Ciccra después consignó que en el primer cuatrimestre del año se exportaron 324.500 toneladas res con hueso, un 22,1% más respecto de igual período de 2023. Según la entidad, en este marco el consumo aparente de carne vacuna del primer cuatrimestre ascendió a 663.400 toneladas res con hueso, una merma del 17,5%.
Además de que la caída se produjo por la pérdida de poder adquisitivo, Miguel Schiariti, presidente de Ciccra, dijo a este medio, haciendo una comparación, que hoy “con un kilo de asado se compran 2,8 kilos de pollo y 1,5 kilos de cerdo”.
El sector viene con una baja faena que tiene vinculación con la última sequía, ya que en aquel momento, a diferencia de ahora, se aceleró una liquidación de vientres por parte de productores ubicados en zonas que no podían mantener a las vacas por la falta de agua y pastos.
Al respecto, la cámara señaló: “En total se faenaron 1,072 millones de cabezas de hacienda vacuna en abril de 2024. En comparación con la faena de marzo se observó una mejora de 3,8%, corrigiendo la serie por el número de días laborables. En cambio, al comparar con abril de 2023 la faena fue 9,1% menor, caída que llegó a 15,3% si se corrige la serie por el número de días laborables”.
La entidad analizó: “En abril la actividad de la industria frigorífica vacuna registró una leve mejora con relación a marzo, pero continuó siendo muy inferior a la de igual mes del año previo. Tal como lo venimos destacando en los últimos informes, la caída interanual se explicó por la liquidación de vientres que forzó la intensísima sequía registrada en 2021-23, lo que se tradujo en un menor número de vientres a preñar. A ello se agregó el impacto negativo de la falta de agua y alimento sobre los índices de preñez/parición, lo que provocó una menor zafra de terneros durante el corriente año”.
Ayer, el mismo día que el Indec informó un 8,8% de inflación para abril pasado, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) dio a conocer que la carne vacuna subió por debajo de ese indicador, un 4,5%. Se encareció menos que el 8,5% del pollo, aunque quedó a distancia de la deflación del 0,2% del pechito de cerdo.