Venezuela vota en un clima de control militar y división opositora
Venezuela elige bajo control militar y con la oposición dividida.

Este domingo se celebran elecciones legislativas y regionales en Venezuela, las primeras desde la controvertida reelección de Nicolás Maduro en julio de 2024. El proceso se desarrolla en un contexto de fuerte militarización, fronteras cerradas y escasa participación opositora.

El gobierno desplegó a 412.000 miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en todo el país, según anunció el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. Las fuerzas armadas están a cargo de la seguridad en los centros de votación y en más de 4590 instalaciones estratégicas.

También se decretó el cierre de las fronteras hasta el lunes, en medio de denuncias oficiales sobre presuntos planes de sabotaje. El Ejecutivo reportó la detención de supuestos “mercenarios”, incluidos dos ciudadanos argentinos que fueron liberados posteriormente.

Los comicios permitirán renovar 23 gobernaciones, 277 escaños de la Asamblea Nacional y 260 legislaturas regionales. La votación ocurre en un clima de apatía generalizada y desconfianza institucional.

Fuerte abstención impulsada por el ala dura de la oposición

La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), encabezada por la dirigente María Corina Machado, llamó a no participar en lo que considera una “farsa” electoral. A través de sus redes sociales, instó a la población a quedarse en casa y no avalar el proceso.

Machado continúa en la clandestinidad tras ser inhabilitada y denunciar persecución. Su posición fue respaldada por un comunicado oficial de la coalición, que aseguró que no hará campaña ni promoverá boicot activo.

Capriles y otros referentes optan por presentarse

En contraste, otros dirigentes de peso decidieron competir. El excandidato presidencial Henrique Capriles, habilitado nuevamente para ejercer cargos públicos, se postula a la Asamblea Nacional. También se presentan Henri Falcón, Pablo Pérez, Jesús Torrealba, Tomás Guanipa, Luis Florido y Nora Bracho.

Capriles argumentó que la abstención fortalece al chavismo. Afirmó que busca ocupar un espacio desde el cual expresar disenso institucional. El analista Andrés Cañizalez señaló que su candidatura genera controversia dentro del espectro opositor.

Objetivo oficialista: control total del mapa político

El chavismo buscará mantener y ampliar su dominio político. En la Asamblea Nacional ya controla 256 de las 277 bancas. De los 21 escaños restantes, varios están ocupados por opositores señalados como colaboracionistas o “alacranes”.

Además, el oficialismo aspira a arrebatar las cuatro gobernaciones que aún están fuera de su poder: Zulia, Nueva Esparta, Cojedes y Barinas.