Sade Desarrollos: la empresa cordobesa que estafó a 700 familias santiagueñas con terrenos sin servicios

Otra estafa a santiagueños, al mejor estilo cordobés de Márquez & Asociados. Corría el año 2019, previo a la pandemia, cuando una publicidad atractiva comenzó a circular en redes sociales dirigida a los santiagueños: cuotas accesibles, baja entrega inicial y la promesa de vivir en un “barrio cerrado con servicios”. El nombre de la propuesta era Sade Desarrollos Inmobiliarios, una empresa con domicilio fiscal en Córdoba, que ofrecía terrenos financiados en los loteos Mi Algarrobo y Allpa Sumak, ambos ubicados sobre ruta 5, en el departamento Banda.

Con solo $30.000 de adelanto y cuotas de $9.000, se podía acceder a un terreno de 10×30 metros en lo que parecía ser una oportunidad familiar imperdible. Pero lo que se promocionó como un proyecto urbanístico cerrado y moderno, terminó siendo —años después— una estafa que afectó a más de 700 familias santiagueñas.

Entrada al loteo Mi Algarrobo

La promesa

La empresa se presentaba como un intermediario entre los propietarios de los terrenos y los futuros dueños. Ofrecía financiación en hasta 48 cuotas fijas en pesos, y según los boletos de compra-venta firmados digitalmente en 2022, el vendedor original sería Ignacio Roberto Mendella.

Los contratos incluían una cláusula clave que generó la confianza de los compradores: la empresa se comprometía a realizar todas las obras necesarias para el loteo, desde calles internas y red de agua corriente, hasta iluminación, desagües, forestación y un portón de ingreso. Todo esto debía ser ejecutado antes de la entrega de los terrenos.

La realidad

Fue en 2023, cuando muchos compradores comenzaron a terminar de pagar sus cuotas, que la verdad salió a la luz: las obras nunca se hicieron. Los lotes seguían siendo baldíos, sin servicios básicos, sin iluminación, sin agua, sin calles consolidadas y sin acceso formal a la energía eléctrica.

La cláusula quinta del boleto de compraventa —que establecía claramente las obligaciones de Sade como vendedor— se incumplió por completo. Pero la empresa, lejos de asumir su responsabilidad, buscó el modo de culpar a terceros y desligarse del problema.

En el caso de la energía, por ejemplo, EDESE no había aprobado la factibilidad del servicio para los loteos, algo que la empresa sabía desde el comienzo. A pesar de ello, vendieron los terrenos como si los servicios estuvieran garantizados. Hoy, un único medidor ubicado en la entrada del predio alimenta de manera precaria a unas 50 familias que se “cuelgan” del mismo, porque no hay otra opción. El agua, a su vez, depende de esa misma fuente de energía.

El estado de las calles que en teoría deberían estar enripiadas con cordon

Las maniobras de presión

En vez de dar una solución, la empresa propuso una maniobra que muchos consideran insólita: intimaron a los compradores a firmar un documento en el que reconocen que Sade no puede garantizar el servicio eléctrico, a cambio de un supuesto descuento en el valor del terreno. Quienes no aceptaron fueron amenazados con la rescisión del contrato y la devolución del dinero aportado, sin actualización por inflación.

Con el servicio de agua, directamente no hubo ningún tipo de compensación ni intento de arreglo.

Una estafa organizada

La situación fue escalando y los damnificados comenzaron a organizarse a través de grupos de WhatsApp y reuniones presenciales mensuales en el mismo predio. Allí, lograron que uno de los representantes de Sade apareciera —ocasionalmente, y después de mucho insistir— para proponer que sean los propios vecinos quienes se agrupen y gestionen los servicios ante el comisionado local de Cuyoj. Es decir, trasladar a las víctimas la responsabilidad que originalmente era de la empresa.

Algunos compradores decidieron cancelar sus lotes o terminar de pagarlos para escriturar. Pero nuevamente se toparon con obstáculos: la empresa no responde, no entrega documentación ni contesta por sus canales oficiales. Los números de WhatsApp están desactivados o nunca responden, y la oficina comercial en Santiago del Estero (cuya atención deja mucho que desear por el maltrato) brinda siempre la misma respuesta: “Hablá con los de Córdoba”.

Cabe aportar que la empresa ya tiene antecedentes de denuncias por sus otros “desarrollos” en 2021, como el proyecto que ofrecían en Ñu Pora en Río Ceballos, en el que ofrecían un barrio ecológico dentro de una reserva ecológica protegida por bosque nativo. El escándalo fue tal que la empresa desistió y dejaron de ofrecerlo. Ante cada denuncia, la empresa hace un lavado de cara a sus redes sociales y página web, con un cambio de logo, borrando todos los comentarios en las redes sociales de gente que los denuncia, y vuelven a ofrecer lotes otra vez.

El resultado: perder o perder

Para las familias santiagueñas, la situación es angustiante: invirtieron durante años en un terreno con la esperanza de construir su casa propia, y hoy tienen un lote pelado, sin servicios, sin escritura y sin respuestas. En un contexto económico cada vez más complicado, significa haber perdido todos los ahorros y tiempo invertido.

A pesar de las múltiples denuncias en redes sociales y en organismos como Defensa del Consumidor, Sade Desarrollos continúa funcionando, promocionando nuevos loteos en otras provincias y repitiendo el mismo esquema de promesas incumplidas.

Mientras tanto, cientos de santiagueños siguen esperando justicia, con la esperanza de que alguna institución los escuche y frene una práctica que, a la luz de los hechos, parece una estafa sistemática.