
“Explotación laboral, hostigamiento, abuso. Natalia Bustamante, puede que compres a la justicia legal, pero no te vas a salvar de la justicia social y divina. Usás a tus empleados y los arrojás como basura”, escribió la denunciante junto a capturas que mostrarían el trato recibido por parte de la empresaria.
En los mensajes, la dueña exigía respuestas inmediatas y advertía con despidos por razones insólitas. “La próxima que entre con bolsa, mochila o que reciba pedidos, queda directamente despedida… No me importa cuál sea la situación”, respondió tras una aclaración de una empleada que explicó que había recibido una bolsa con alimento para su perra, porque en su domicilio no había nadie.
Entre las advertencias más criticadas se leía: “Cualquier cosa mínima que se lleven, por ej. comida que haya quedado de las mesas, bidones, tachos, etc., me informan por el grupo con foto y un compañero de testigo. No me importa cuál sea su intención… presumo que están robando y los despido”.
También se establecían normas estrictas: “El celular queda obligatoriamente en el bolso. A sus contactos de emergencia le pasan el número del local”. Y cerraba con un ultimátum: “Pongan pulgar arriba nuevamente para saber que han entendido todos. La que no ponga like, no ingresa mañana a trabajar”.
Las capturas de pantalla, que también mostraban chats con promesas de pago tras despidos y largas demoras en transferencias, provocaron una fuerte reacción en redes. Aunque el post fue borrado, las capturas siguen circulando y reavivaron el debate sobre el trabajo en negro y la precarización laboral en el sector gastronómico.