
Cada 18 de junio se conmemora el Día del Orgullo Autista, una jornada internacional que invita a reconocer y celebrar la identidad de las personas dentro del espectro autista, desde un enfoque de aceptación, diversidad y dignidad. A diferencia de otras fechas centradas en lo médico o terapéutico, esta efeméride nace desde el activismo autogestivo y pone en el centro las voces de quienes históricamente fueron silenciados.
¿Por qué el 18 de junio es el Día del Orgullo Autista?
La fecha fue instaurada en 2005 por el colectivo Aspies for Freedom, un grupo de personas autistas que decidieron apropiarse del relato sobre su propia condición. Frente a discursos patologizantes o paternalistas, impulsaron esta jornada como una afirmación de identidad y resistencia. Desde entonces, el 18 de junio se celebra en todo el mundo con actividades que visibilizan el valor de la neurodiversidad y rechazan el estigma.
Este día no busca una “cura” ni gira en torno al diagnóstico, sino que propone reconocer al autismo como una variante natural del desarrollo humano, con formas únicas de percibir, sentir y relacionarse.
Un día para celebrar la neurodivergencia
El Día del Orgullo Autista promueve un cambio de mirada: dejar de ver al autismo como un trastorno que debe corregirse, para empezar a valorarlo como una forma distinta —y válida— de ser. Esto implica respetar los tiempos, necesidades y formas de expresión de las personas autistas, y garantizar su participación plena en todos los ámbitos de la vida.
Desde el enfoque de la neurodiversidad, se plantea que no hay una única forma “correcta” de pensar o comunicarse, y que muchos de los desafíos que enfrentan las personas autistas no derivan del autismo en sí, sino de entornos poco accesibles, prejuicios sociales o falta de comprensión.
Cómo se conmemora el Día del Orgullo Autista
En todo el mundo, este día se celebra con actividades culturales, charlas, caminatas simbólicas y campañas en redes sociales bajo el hashtag #AutisticPrideDay. Muchas personas comparten sus testimonios, obras artísticas o reflexiones para derribar estereotipos y mostrar las múltiples caras del espectro.
También es frecuente ver el símbolo del arcoíris infinito, que representa la variedad de identidades dentro del autismo, en contraposición al color azul que tradicionalmente usaban las campañas de concienciación.
Un mensaje claro: no queremos compasión, queremos respeto
El orgullo autista no es negación de los desafíos ni una celebración ingenua, sino una posición política y emocional frente a años de invisibilización. Es un llamado a reconocer los derechos, las capacidades y las singularidades de las personas autistas, sin querer normalizarlas o forzarlas a encajar en moldes neurotípicos.
Este 18 de junio, miles de personas en Argentina y el mundo levantan la voz para decir: el autismo no necesita cura, necesita comprensión, inclusión y respeto. Porque todos y todas tenemos derecho a ser, sin máscaras ni prejuicios.