
La fábrica de Scania en Colombres, Tucumán, frenó la producción esta semana. La empresa suspendió actividades por 40 días debido a la baja de demanda. La decisión impacta directamente a más de 600 operarios entre contratados y efectivos. El conflicto tiene origen en Brasil, donde la planta matriz enfrenta un fuerte sobrestock de piezas. Las tareas se detuvieron desde el lunes y podrían retomarse recién en agosto, dependiendo del mercado brasileño.
El freno fue progresivo, pero se formalizó esta semana con una primera suspensión de siete días. La medida se extenderá por tramos hasta fin de año. La empresa ya comunicó internamente que la suspensión no afecta los salarios, pero se abrieron retiros voluntarios. Esa combinación enciende las alertas entre los operarios. “Ya hubo algunos retiros voluntarios”, confirmó Luis Diarte, titular de SMATA. Aclaró también que “los sueldos por ahora no se verán afectados”.
La planta de Scania en Tucumán fabrica componentes de transmisión y cajas de cambio. Esos productos viajan luego a otras sedes globales del grupo. La baja de pedidos desde Brasil frenó esa cadena de exportación. La empresa explicó que la causa fue un problema de “sobrestock” en su sede brasileña. Allí acumulan más piezas de las que el mercado actual puede absorber.
Esta no es la primera señal de alarma. El año pasado, la fábrica tucumana ya había atravesado una reestructuración interna. En julio de 2024, la empresa despidió a 16 operarios y activó un plan de retiros voluntarios. El comunicado de entonces hablaba de una “transformación estratégica”. Prometían inversión por 18 millones de dólares, pero nada se materializó. Por el contrario, el ajuste se profundizó con el correr de los meses.
En Colombres, la preocupación es general. La mayoría de los operarios viven en esa localidad y la fábrica es el principal sostén económico. “Las decisiones que se toman en otra parte del mundo nos afectan directamente”, comentó un trabajador que pidió reserva. La frase refleja el clima de incertidumbre. El parate industrial no solo deja a cientos sin tareas, también afecta comercios, servicios y a toda la comunidad.
El gremio SMATA denunció los despidos de 2024 y condenó la situación actual. Sin embargo, no hubo medidas concretas. Luis Diarte, su secretario general y excandidato del peronismo, se limitó a expresar “preocupación”. En declaraciones a la prensa dijo que “lamenta los despidos” y que observa con atención la evolución de la crisis. Pero no anunció ninguna acción gremial en defensa de los trabajadores.
La recesión que atraviesa el país agrava el panorama. La caída en la producción de acero, autos y construcción golpea fuerte a la industria. El gobierno nacional sostiene que habrá una recuperación “en V”, pero esa promesa aún no tiene correlato real. En cambio, las suspensiones y despidos se multiplican en el interior productivo.
La planta de Scania emplea actualmente a 520 trabajadores efectivos y 110 contratados. Todos enfrentan un escenario de incertidumbre. La suspensión de tareas, aunque parcial, deja al descubierto la dependencia regional entre plantas del grupo. También muestra los límites de un modelo industrial condicionado por factores externos.
Desde el sindicato afirman que mantendrán el diálogo abierto con la empresa. Pero no hay garantías sobre la reincorporación de despedidos ni sobre el fin de los retiros. La posibilidad de que la crisis brasileña se prolongue preocupa cada vez más. Si eso ocurre, el futuro laboral de los operarios tucumanos podría complicarse aún más.
Muchos trabajadores exigen una reacción colectiva. Algunos reclaman una asamblea urgente para discutir medidas. “Necesitamos organizarnos para frenar los retiros y defender cada puesto de trabajo”, expresó un delegado de base.