
La imagen recorrió el mundo: el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, sonriendo con una bandera de Boca Juniors. Y como era de esperarse, no faltaron los que pusieron el grito en el cielo. Desde algunos sectores del periodismo europeo hasta hinchas de clubes argentinos, llovieron acusaciones de “favoritismo”, “puesta en escena” y hasta “papelón institucional”.
Pero la realidad, según señalan otros, es más sencilla: Boca llevó más gente que nadie, metió fiesta en Miami y ni siquiera el presidente de la FIFA pudo resistirse.
Después de presenciar el empate con Benfica al lado del titular de Boca, Juan Román Riquelme, Infantino dijo que el ambiente generado por los hinchas xeneizes le “encantó” y lo puso de ejemplo para calificar como “un éxito” al nuevo Mundial de Clubes.
👀GIANNI INFANTINO, presidente de la FIFA.
👀Y no, no es IA. pic.twitter.com/sZHHdBsfOm
— Boca Juniors – La12Tuittera (@la12tuittera) June 21, 2025
El presidente de FIFA volvió al Hard Rock Stadium para presenciar el segundo partido de Boca ante Bayern Munich, que tuvo un marco imponente, con claro predominio de la hinchada auriazul.
Finalizado el juego, que el equipo alemán ganó por 2-1, Infantino accedió al pedido de unos hinchas de Boca y quedó envuelto en una polémica por una conducta que se interpretó como toma de posición ante los dos colosos del fútbol argentino.
El máximo dirigente del fútbol mundial posó con simpatía con una bandera de Boca que contenía un mensaje de burla por el descenso de River: “Hola mamá, ¡llegamos!. Alentamos en Miami, nunca en el interior del país jugando la B Nacional”.