
Aunque no siempre se ve en la calle, el deterioro del entramado productivo, comercial e industrial de Tucumán se intensifica día a día.
Según Gabriela Coronel, presidenta de la Cámara de Comercio de San Miguel de Tucumán, solo en lo que va del mes ya se registraron 72 despidos en el sector comercial y, de mantenerse la tendencia, hasta 2.000 trabajadores podrían perder sus empleos en los próximos 60 días.
Los indicadores preocupan. Desde el pasado 7 de julio, la planta que la empresa Scania posee en Tucumán suspendió su producción por dos semanas. A esto se suman ajustes en la fábrica de calzados Topper, donde se redujeron las jornadas laborales y los sueldos de los operarios sufrieron recortes.
Aunque cada empresa enfrenta sus propias dificultades, tres factores se repiten en casi todos los casos: la apertura de las importaciones, que compite directamente con la producción local; un consumo estancado debido a la fuerte pérdida del poder adquisitivo de los hogares; y el incremento sostenido de los costos fijos, especialmente por el peso de los impuestos y las subas en las tarifas de servicios.
Mientras tanto, el sector empresarial advierte que la situación podría agravarse si no se implementan medidas urgentes para sostener el empleo y reactivar la actividad económica en la provincia.