Máxima tensión entre los bancos y el Gobierno por el “corralito” a la liquidez impuesto por el BCRA

“La relación de los bancos con el Gobierno está explotada. La decisión del equipo económico de subir los encajes, esto es los fondos de los bancos inmovilizados por orden del Banco Central, y obligarlos a comprar con ese dinero los bonos que no quisieron comprar este miércoles se interpretó un corralón, aquella figura que aplicó Cavallo en el 2001”, escribe la periodista especializada en economía Luciana Glezer para La Política Online.

La disposición derivó en una reunión por Zoom entre Santiago Basuli, director del Banco Central y ejecutivos de los bancos e integrantes de las distintas cámaras bancarias. “No nos escucharon”, advirtió uno de los banqueros que estuvo en el encuentro.

Este jueves el equipo económico decidió subir los encajes obligatorios de los bancos por segunda vez en menos de un mes tras el fracaso de la licitación de deuda de este miércoles. La idea es inmovilizar más dinero de los ahorristas y obligar a los bancos a comprar con esa plata inmovilizada los bonos que no querían comprar.

Volatilidad en el mercado

Hubo un fuerte planteo de los financistas a los funcionarios, luego de las modificaciones en las reglas monetarias -que los bancos deben cumplir de forma obligada-. Algunos de esos cambios se efectuaron después de la licitación fallida de la deuda pública en pesos, del miércoles, en la cual el Gobierno solo pudo refinanciar en un 61% aun cuando convalidó una suba de las tasas de interés de hasta el 69% anual.

Los principales reclamos de los banqueros giraron en torno a lo que para ellos fue un cambio en las reglas de juego posterior a la licitación de la deuda.

A través de la Comunicación A 8302, el directorio del BCRA elevó en cinco puntos porcentuales los encajes bancarios en pesos. Así, pasaron del 45% a 50% del total de las tenencias en pesos en las entidades financieras.

Una porción de la suba de los encajes, los bancos podrán suscribirlos con letras remuneradas en una licitación fuera de agenda que se llevará a cabo el próximo lunes.

Operación fallida

Las medidas se inscriben en un contexto de una operación fallida de refinanciación de la deuda en pesos: de los $15 billones que vencían, el Gobierno solo pudo renovar el 61%, por lo que unos $5,9 billones quedaron en poder de bancos e inversores, una masa de dinero que podría incrementar la demanda de dólares.

Ante ese riesgo, el Gobierno decidió extremar las precauciones y ordenó un retiro masivo de esos pesos. La operación se llevará a cabo el lunes. Además, obligó a los bancos a elevar los encajes (dinero inmovilizado).