
*Por Silvina Gómez
En esta búsqueda de conocer un poco más sobre la vida del General Don José de San Martín, una de las figuras más queridas e influyentes en la construcción de la República Argentina, un equipo de Info del Estero viajó hasta Manogasta junto al historiador e investigador René Galván. Allí, en medio de la ruta 9, en el departamento Silípica sobrevive el fuste del algarrobo donde, según la tradición oral, San Martín y sus tropas descansaron en dos ocasiones en 1814.
Pero recorrer los 43 kilómetros que separan la Capital de Manogasta fue solo la excusa para redescubrir la figura del “Padre de la Patria” e imaginar qué vivió cuando pasó por tierras santiagueñas a 175 años de su fallecimiento en Boulogne Sur Mer (Francia).
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Padre de la Patria, Libertador de América
¿Por qué San Martín es considerado el Padre de la Patria? La respuesta no reside únicamente en sus hazañas militares, sino en cómo se construyen los relatos fundacionales. En el período 1810–1820, marcado por guerras y revoluciones, San Martín emerge como figura clave. Bartolomé Mitre, en su obra historiográfica, lo eleva al plano continental, diferenciándolo de Belgrano, más vinculado a la independencia argentina.
Para San Martín, la “patria” no era solo el lugar de nacimiento. Influenciado por líderes como Francisco de Miranda, concibió una patria americana, libre del yugo español. Su plan de liberación incluía no solo las Provincias Unidas del Río de la Plata, sino también Chile y Perú. El cruce de los Andes fue la piedra angular de esa visión.

Militar, político y patriota
Aunque la historia suele destacar al estratega, San Martín también desplegó una faceta política menos difundida. “Desde que llega al Río de la Plata busca insertarse en la sociedad porteña. Su casamiento con Remedios de Escalada no es solo un vínculo sentimental, también responde a la necesidad de pertenecer a un círculo de poder”, relata Galván.
“En su libro, Bartolomé Mitre ahonda en la estrategia militar de San Martín y ha sido la base sobre la que han ido escribiendo los historiadores, pero en los últimos años ha aparecido una biografía de Beatriz Bragoni que se refiere a la faceta política de San Martín”, señala.
“Previo a su llegada a la ciudad de La Plata, San Martín ha estado en contacto con distintos líderes como Francisco de Miranda, líderes políticos que están mirando a América y están buscando liberarla del yugo español. Su mente va a estar puesta en el plan de liberación continental que es el Cruce de Los Andes, la epopeya que más se le reconoce”, recuerda.
Bajo la sombra de un árbol santiagueño
En 1814, San Martín recorrió el norte argentino en un contexto de profunda crisis militar. Las derrotas de Belgrano en Vilcapugio y Ayohuma habían dejado al Ejército del Norte desmoralizado y la misión del General era sumar libertos y voluntarios a la causa patriótica. Así pasó por Santiago del Estero y descansó en las postas del Camino Real, ubicadas cada 30 kilómetros. Estos eran puntos de aprovisionamiento y descanso y la tradición oral dice que Manogasta fue una de ellas.

Se cree que San Martín estuvo de paso en enero y en mayo de 1814 por Santiago del Estero. En la segunda etapa, cuando regresa desde Tucumán “San Martín va a coincidir territorialmente con Manuel Belgrano que tiene sus orígenes en Loreto y hay un intercambio epistolar que hace suponer que para el 25 de mayo hubieran coincidido. Esto no está comprobado, archivado, y hay hasta quienes especulan que como el 25 de mayo era la fiesta maya es posible que lo que era la bandera hecha por Belgrano, hubiera circulado por la plaza principal”, recordó.
¿Con qué se encontró San Martín en Santiago del Estero?
“San Martín está aquí a principios de 1814 y en mayo de 1814. Imaginemos en este lugar el calor de enero, la temperatura un poco más agradable en mayo. Posiblemente escuchó relatos de las antiguas brujas que fueron condenadas en esta región, imaginemos que San Martín seguramente escuchó hablar en lengua quichua a los habitantes de este lugar y que en ese momento tenía en claro que el trazado del Camino Real hacia el norte no era el camino para la liberación continental”, explica Galván.
“Si vemos un mapa de arriba hacia abajo, no era posible vencer a los españoles en ese lugar. Güemes, por eso, tenía la tarea de que las invasiones realistas no pasen de Salta. El paso por este lugar lo lleva a convencer a San Martín que el camino no era por acá, sino que era necesario cruzar Los Andes, liberar Chile y vía marítima liberar Perú“, continúa su relato que pronto estará disponible con imágenes exclusivas en nuestro canal de YouTube.

“Es clave pensar que cuando está aquí en 1814 su anhelo no era estar aquí, sino que lo nombren gobernador de Cuyo”, reconoce sobre la estrategia que llevó a San Martín a cumplir el objetivo central que era la liberación continental.
Hitos clave en la vida de San Martín
San Martín llegó al Río de la Plata convocado por el Triunvirato, con una vasta experiencia militar acumulada en Europa y África. Poco después formó el Regimiento de Granaderos a Caballo, cuyo bautismo de fuego se dio en San Lorenzo, en 1813.
“Ese combate fue determinante. Los realistas bajaban desde la Banda Oriental para hostigar por el río, y San Martín les dejó en claro que no volverían a avanzar por allí. Fue una victoria fundacional”, dice Galván.
En esa batalla también estuvo al borde de la muerte, cuando quedó aprisionado por su caballo. Fue salvado por el sargento Juan Bautista Cabral, cuyo gesto heroico lo transformó en símbolo de las clases populares que integraron los ejércitos libertadores.
El otro momento clave fue el Cruce de los Andes. Durante años, San Martín gestionó recursos económicos y humanos en Cuyo, planificó estrategias de inteligencia y formó un ejército popular con criollos, negros libertos y mestizos. “Hoy, nuevas representaciones como la película El cruce de los Andes, protagonizada por Rodrigo de la Serna, buscan visibilizar esa diversidad cultural y étnica, los afrodescendientes que formaron parte del ejército”, recuerda Galván.
Últimos días de un hombre que eligió una vida austera
Lejos del campo de batalla, San Martín dedicó sus últimos años a la lectura y la escritura. Legó las famosas Máximas para su hija Merceditas, consejos prácticos sobre moral, justicia y respeto por la naturaleza. “No sorprende en un hombre que viajó con más de 700 libros y que siempre se mostró sensible a la desigualdad y la injusticia”, destaca Galván.
En 1824 partió al exilio europeo. Instalado en Francia, siguió de cerca los sucesos de la política argentina. Cuando Juan Manuel de Rosas logró la victoria sobre las fuerzas anglo-francesas, San Martín le envió su sable corvo como reconocimiento. “Fue un gesto de soberanía nacional, de alguien que nunca dejó de mirar al continente que ayudó a liberar”, concluye Galván.