
La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) decidió cancelar el encuentro de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana 2025 entre Independiente y Universidad de Chile, disputado anoche en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini, tras los violentos incidentes registrados en las tribunas.
El organismo explicó en un comunicado oficial que la determinación se tomó “en función a la falta de garantías de seguridad por parte del club local y de las autoridades de seguridad”, dejando en claro que el duelo no será reprogramado ni suspendido, sino cancelado de manera definitiva. El caso fue girado a los órganos judiciales de la Conmebol para futuras resoluciones disciplinarias.
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La decisión implica que el futuro del cruce dependerá de una investigación que ya está en curso en la sede de la Confederación en Asunción. Allí se analizarán informes policiales, registros audiovisuales y reportes de los veedores, con la posibilidad de aplicar sanciones severas. Entre las medidas bajo estudio figuran desde la repetición del partido —con los costos a cargo de los responsables— hasta la anulación del resultado.
La noche en Avellaneda estuvo marcada por un clima de extrema violencia. Todo comenzó con el lanzamiento de proyectiles desde la tribuna visitante hacia la parcialidad local, seguido de bombas de estruendo y destrozos en instalaciones del estadio. El operativo de seguridad, compuesto por 650 policías y más de 150 agentes privados, no pudo contener la escalada de enfrentamientos.
La situación se agravó cuando integrantes de la barra de Independiente lograron irrumpir en el sector ocupado por los hinchas de Universidad de Chile, lo que desató corridas, agresiones y escenas de desesperación. El árbitro uruguayo Gustavo Tejera decidió detener el partido a los cuatro minutos del segundo tiempo, en medio de un escenario caótico que incluyó la caída de un hincha desde gran altura.
Las imágenes de televisión mostraron la evacuación desordenada de la tribuna visitante, destrozos en distintos sectores y episodios de violencia dentro y fuera del estadio. La incertidumbre se prolongó por más de una hora hasta que, finalmente, la Conmebol confirmó la cancelación del encuentro.
Este episodio no solo constituye un hecho inédito en instancias decisivas del torneo continental, sino que también se suma a una advertencia previa que la Conmebol había emitido a Universidad de Chile a fines de julio por incumplimientos de seguridad en partidos internacionales.
La resolución final sobre el futuro del cruce y las sanciones correspondientes se conocerá en los próximos días, en lo que se anticipa será un caso testigo para la política disciplinaria del organismo sudamericano.