
Trabajando a 2 mil kilómetros de Río Hondo, un joven encontró en la escritura una forma de superar el dolor.
Hijo de un carpintero y una maestra, Alvaro Rizzo es uno de los tantos jóvenes de Las Termas que tuvo que emigrar para buscar un trabajo.
Hace 2 años se fue con su ex pareja a la costa atlántica y de ahí a Bariloche. En el sur, terminó la relación y quedó solo.
“Atravesé ese duelo a dos mil kilómetros de mi ciudad, lejos de mi familia y amigos, solo conmigo y lejos hasta de mi” contó.
“De un día para otro me encontré en medio de un tornado mental que me devoraba con tanta intensidad que lo sentía hasta en las entrañas, depresión, ansiedad y tristeza se volvieron acompañantes por varios meses”.
Mientras trabajaba en la construcción, encontró en la lectura, en la escritura, un refugio. “Comencé a escribir, a ponerle palabras y nombre a los que sentía” recordó. “Escribí tanto que un amigo me dijo: “¿por qué no haces un libro?”.
“Yo antes pensaba que leer y escribir era una pérdida de tiempo, pero puedo decir que escribir revivió algo en mí que estaba muerto” expresó. Luego de compilar todo lo que escribió Rizzo envió sus textos a la editorial cordobesa “Tinta Libre”.
En la actualidad Alvaro trabaja de mozo en un restaurante de Villa La Angostura y en dos semanas presentará su libro: “Des – Cubrirme”.
“Un viaje hacia adentro, un viaje de resurrección. Cuando volvés ya no sos el mismo”