
La Casa del Folclorista es un espacio emblema de Santiago, cuando de conocer su cultura se trata. Como tal, merecía una oferta gastronómica regional que conquistara por sus sabores, texturas y colores. Con la premisa de respetar una carta de esa talla y brindar un servicio tan cálido, como el de cualquier comprovinciano en su casa, Chúcaro Bar abrió sus puertas a principios de julio.
Detrás de este proyecto hay gente joven. Bruno Ponce, sus hermanos y un grupo de amigos, entre santiagueños y cordobeses decidieron apostar a este bar, donde la consigna es disfrutar a pleno de un almuerzo o cena en buena compañía. Les gusta la gastronomía tradicional de calidad y están convencidos de que al público también.
Claramente, las carnes asadas con su guarnición están a la cabeza de la demanda de los clientes. Pero, aunque la parrilla se robe el protagonismo, la cocina tiene un potente atractivo con los platos regionales, como las empanadas, los pasteles y el locro. Y, como no podía ser de otro modo, también preparan minutas, como sándwiches, hamburguesas y lomitos.
Arrancar los primeros días del “mes de Santiago” fue tan desafiante, como superador; pues si algo no faltaba en la ciudad es público para el bar recién inaugurado.
Con una ubicación estratégica, justo en diagonal al ingreso de la Feria de Artesanos, el local de comidas acaparó a una gran cantidad de comensales, tanto santiagueños, como turistas que disfrutaban de los festejos del aniversario de la “Madre de Ciudades”.
“Hicimos un esfuerzo grandísimo para arrancar en julio que ha sido el cumpleaños de Santiago. Había mucho movimiento aquí, por la feria y queríamos aprovechar eso para hacernos conocidos; así que decidimos redoblar el esfuerzo para arrancar en esa fecha”, recordó Bruno.
El joven emprendedor es ingeniero en Alimentos y sus socios, experimentados propietarios de bares. En la Casa del Folclorista vieron una “gran oportunidad” para invertir en el área gastronómica, así que se armaron de un equipo de trabajo con talento para los platos regionales y el proyecto comenzó a andar.
“Nosotros decidimos qué plato se va a hacer, qué diseño va a tener, con qué se va a acompañar una parrilla, por ejemplo. También definimos los estándares de calidad con los que trabajamos y tenemos un jefe de cocina que es quien decide los cortes y demás en la cocina de Chucaro”, explicaba el joven socio.
Los clientes tienen la posibilidad de sentarse dentro del local, donde podrán advertir la presencia de un montón de material valioso sobre el patrimonio cultural santiagueño. O bien en el patio, para disfrutar del sol o las noches estrelladas.
Comer con música en vivo de fondo
Además del servicio propio de la cocina, el bar incorporó su propio equipamiento para complementar el de la Casa que regularmente ofrece espectáculos musicales. “Un domingo santiagueño, no es un domingo cualquiera”, así que es justo y necesario que el folclore suene de fondo en una mesa larga, como las del patio de un hogar.
“Estamos súper entusiasmados con todo lo que es la cultura y sabemos lo que nos gusta los santiagueños: comer rico, bailar, escuchar folclore… A mí me ha parecido un lindo desafío por como somos en Santiago, muy tradicionalistas, muy de la familia”, enumeraba Bruno en diálogo con Info del Estero.
Con la meta de ser más conocidos y convertirse en un sitio de paso obligado para degustar los sabores de Santiago, el Chucaro abre sus puertas todos los mediodías y noches en Avenida Diego de Rojas s/n en pleno Parque Aguirre.