
Neil Hopper, un cirujano residente en Truro, Cornwall (Gran Bretaña) era reconocido en como “el médico más valiente” ya que trabajaba, pese a la amputación de sus piernas. Sin embargo, una investigación permitió conocer que en 2019 él mismo se había generado una infección para que le cortaran las piernas para cobrar un seguro y por un extraño fetiche sexual.
Hace seis años, el médico especialista en cirugía vascular ingresó al hospital en el que trabajaba con un dolor severo en los pies. Todo indicaba que se trataba de una sepsis, por lo que fue rápidamente tratado. Sin embargo, no hubo más remedio que amputar las piernas por debajo de las rodillas para evitar que la infección subiera.
Nadie imaginó entonces que el profesional había usado hielo y hielo seco para congelar sus piernas y posteriormente ser amputado. Así es como logró engañar a médicos y la compañía de seguros a la que adhería. El Tribunal de la Corona de Truro determinó que Hopper ocultó que sus lesiones fueron autoinfligidas, lo que le permitió obtener de manera fraudulenta más de 590.000 dólares.
Sin embargo, el dinero no fue el único móvil de su extremo proceder. La investigación judicial reveló que el médico tenía pornografía extrema. Según explicó el fiscal Nicholas Lee ante el tribunal, Hopper mantenía un “interés sexual en la amputación” y sus motivaciones combinaban una obsesión por extirpar partes de su propio cuerpo junto con la codicia.
Además, había intercambiado mensajes con un amigo donde sugería que debía “sacarle el jugo” a la situación y admitió sentirse satisfecho por la atención mediática que provocó su caso.
Entre el material encontrado, trascendió que adquirió videos de mutilaciones corporales por internet, en los cuales se mostraba a hombres sometiéndose voluntariamente a la extirpación de genitales. El juez James Adkin describió el nivel de daño registrado en esos clips como “excepcionalmente alto”.
Las investigaciones policiales también vincularon a Hopper con Marius Gustavson, líder de una red internacional dedicada a la modificación corporal extrema y responsable del portal EunuchMaker. Hopper intercambió aproximadamente 1.500 mensajes con Gustavson, incluyendo discusiones detalladas sobre amputaciones y métodos con hielo seco.
Tras el juicio, Gustavson fue condenado a cadena perpetua, con un mínimo de 22 años, en 2024. Para la condena, la relación de Hopper con la red de modificación corporal fue decisiva para identificarlo durante las averiguaciones sobre el grupo.