El domingo 21 de septiembre, las calles de Frías se llenaron de movimiento, risas y el rodar de cientos de bicicletas en el ya emblemático “bicigrau”, un evento que se ha convertido en un verdadero símbolo de la juventud friense.
Niños con sus primeras bicis, adolescentes que ya pedalean con soltura y familias enteras se sumaron a este recorrido que no solo promueve el deporte, sino también la buena convivencia y el respeto por las normas. No cruzar en rojo, no ocupar las plazas y no tomar el medio de la calle fueron las consignas que, lejos de ser restricciones, se transformaron en una lección de ciudadanía compartida.
En medio de ese aire festivo, el encuentro tuvo también un momento de recogimiento y emoción: la memoria de Ciro Peralta Farías se hizo presente. Su partida temprana y trágica fue recordada con respeto, en un gesto que unió la energía juvenil con la sensibilidad de una comunidad que no olvida a los suyos.
Matías Romano, uno de los impulsores del movimiento, fue el alma del evento. Con su carisma y cercanía con los jóvenes, supo transformar lo que en un principio fue mirado con cierta desconfianza en un espacio de encuentro sano y multitudinario. Su propuesta no solo echó raíces, sino que sigue creciendo con cada edición.
El cierre fue pura alegría: el sorteo de dos bicicletas desató sonrisas y aplausos entre los más chicos, confirmando que el “bicigrau” es mucho más que un recorrido. Es una fiesta sobre ruedas, un lugar de aprendizaje y amistad, y un homenaje vivo que late en el corazón de Frías.
