El Madre de Ciudades, escenario de Miguel Russo campeón con Rosario Central
Miguel Russo campeón en el Madre de Ciudades.

La noticia del fallecimiento de Miguel Ángel Russo impactó con fuerza en el fútbol argentino y como no podía ser de otra forma, generó una angustia sin fin en el mundo Central, donde Miguelo tendrá guardado un recuerdo eterno. Russo fue el DT que coronó su paso por el club rosario con el último título de la institución que se dio nada más y nada menos que en suelo santiagueño.

Russo es de los tantos protagonistas del mundo del fútbol que en Rosario Central tomaron por adopción, cobijaron y aprendieron a querer en medio de todas esas idas y venidas de uno de los entrenadores más venerados por el hincha auriazul.

Es que desde aquel primer arribo de Miguel a Central en 1997 se convirtió en un obrero que siempre estuvo dispuesto a dar una mano, a jugarse por entero, a poner en juego su prestigio. Eso fue parte de la simbiosis más elocuente entre este Central y ese Russo eterno.

No fue un proceso, ni dos. Fueron cinco los que vivió como entrenador de Central, en la mayoría de los cuales mostró predisposición aunque la mano viniera fulera. Nunca le importó cómo estaba el equipo o club. Siempre puso por delante su cariño hacia la institución.

Dónde y cuándo nació el amor Central-Russo

Es imposible obviar la enorme influencia que tuvo sobre los hinchas canallas aquella primera estadía en la que su equipo logró lo que los hinchas todavía celebran como un hito histórico: el triunfo por 4 a 0 en un clásico en el Gigante de Arroyito. En ese partido, con revoleo de saco incluido, se gestó esta historia de amor rabioso entre Central y Russo.

Aquella vez Central lo necesitó y vino. Hizo lo mismo años después, cuando el equipo mantenía una lucha despiadada con la permanencia. Russo vino, otra vez, a poner el hombro y a intentar dejar al equipo en primera. Lo logró tras sortear a Belgrano en la promoción. A esa altura Miguel ya era un emblema, alguien que parecía criado en el barrio de Arroyito o habiendo correteado desde chiquito detrás de una pelota en la ciudad deportiva de Granadero Baigorria.

Russo siempre estuvo dispuesto. Y esa predisposición es lo que en Central jamás olvidarán. Porque ningún hincha de Central olvidará que a Miguel nunca lo asustó el desafío de sacar al Canalla del ascenso, después de dos intentos frustrados. Frente a ese fierro caliente, Russo ni lo dudó, se puso los guantes de amianto y el overol para volver a pelearla, como tantas otras veces.

Un ladrillo más que puso el obrero Miguel

Las imágenes de Miguel intentando contener las lágrimas del otro lado de la línea en cancha de Gimnasia y Esgrima de Jujuy parecen de ayer. Hoy se recuerdan más que nunca y seguirán vivas.

Tan vivas como esas de hace prácticamente nada, de diciembre de 2023, cuando en esa noche de un calor insoportable en el Madre de Ciudades logró lo que le verdaderamente tenía como cuenta pendiente, aunque nunca lo haya expresado de esa forma. Russo más que nadie se debía un título con Central y fue lo que logró en aquella recordada final contra Platense, en Santiago del Estero. Central campeón de la mano de Russo. No había más nada que pedirle.