Indignación por la campaña de un boliche de San Juan que simuló el secuestro de una mujer para promocionar una fiesta de halloween

En medio de un contexto nacional alarmante, con un promedio de un femicidio por día, un boliche de la provincia de San Juan generó repudio e indignación por su polémica campaña publicitaria para promocionar una fiesta de Halloween.

El local nocturno Quattro, uno de los más conocidos de la noche sanjuanina, publicó en sus redes sociales un video en el que se simula el secuestro de una mujer. En las imágenes, un grupo de hombres enmascarados intercepta a una joven, la obliga a subir a un vehículo con una bolsa en la cabeza y la traslada a un lugar oscuro, donde aparece atada con una soga y rodeada por sus captores.

En un momento, uno de los hombres apunta a la mujer con un arma, mientras ella —visiblemente aterrorizada— mira a cámara y dice: “Este 24 de octubre es la fiesta más grande de Halloween… ¿Dónde? En Quattro de verano. Los esperamos”. Acto seguido, el video se corta abruptamente, simulando el instante previo al disparo.

El contenido fue difundido desde las cuentas oficiales del boliche, y aunque algunos usuarios lo compartieron sin reparos, la reacción generalizada fue de condena y rechazo absoluto, especialmente entre colectivos feministas y organismos que trabajan por la erradicación de la violencia de género.

Este caso recuerda al episodio ocurrido semanas atrás en Crespo, Entre Ríos, donde empleados de una estación de servicio publicaron un video similar, en el que simulaban meter a una mujer en una bolsa de consorcio y arrojarla en una camioneta, también bajo el pretexto de un “chiste” o “juego” viral en TikTok.

Horas después de la polémica, desde Quattro difundieron un comunicado en redes sociales donde aseguraron que “la intención fue mostrar disfraces de terror y no hacer apología del delito ni burlarse de la violencia de género”. Sin embargo, cerraron los comentarios de sus publicaciones y mantienen la venta de entradas para la fiesta, lo que profundizó la indignación pública.

Hasta el momento, no se conoce si habrá sanciones legales contra el establecimiento, pero la controversia reabrió el debate sobre los límites del marketing y la responsabilidad social de las empresas frente a una problemática tan sensible como la violencia hacia las mujeres.