El mes de noviembre comenzó con un nuevo golpe al bolsillo de los consumidores: la carne vacuna aumentó en promedio un 10% en las carnicerías de barrio, y los especialistas del sector advierten que la escalada continuará en las próximas semanas, sobre todo en los cortes más demandados para las Fiestas.
Según los carniceros, el incremento responde a los mayores costos de producción y a la especulación previa a las celebraciones de fin de año, un fenómeno que se repite cada diciembre.
“El incremento fue del 10%, aunque venía subiendo de a poco. Ahora los precios se fueron por las nubes”, señaló un carnicero. “Estamos en el conurbano, partido de Morón, donde todavía se consiguen precios algo más bajos que en Capital, pero igual se nota la diferencia. La realidad es que no hay ventas: si seguís subiendo, la gente directamente deja de comprar”, agregó.
Cortes que más aumentarán
Tras los últimos ajustes, el lomo se vende a $18.000 por kilo, mientras que el asado ronda los $13.800. “No quisimos aumentar el asado porque la parrilla dejó de ser prioridad. Muchos clientes optan por cortes más económicos, como el osobuco, que incluso se está haciendo a la parrilla”, explicó el comerciante.
De cara a Navidad y Año Nuevo, se prevé que los cortes clásicos —matambre, vacío, entraña, peceto, tapa y asado— sean los primeros en registrar nuevos aumentos, ya que los frigoríficos suelen retener mercadería para venderla a precios más altos en diciembre.
“La clave para ahorrar es anticiparse. Se puede reemplazar el peceto por palomita o cuadrada, que tienen buena calidad y suelen estar en oferta”, recomendó el comerciante.
Otra opción, sostuvo, es comprar con anticipación y freezar los cortes. “Si podés, comprá ahora lo que vas a usar para las Fiestas. No es que la carne va a subir todos los días, pero los negocios ajustan los precios de los cortes más vendidos para hacer diferencia en diciembre”, afirmó.
Mientras tanto, el consumo de carne sigue en niveles históricamente bajos. Según datos del sector, el argentino promedio consume menos de 50 kilos al año, uno de los registros más bajos en décadas, afectado por la pérdida del poder adquisitivo y el cambio en los hábitos alimentarios.
Todo indica que el cierre de 2025 llegará con precios más altos en las góndolas y en las mesas navideñas.
