Una mujer oriunda de la ciudad de Beltrán denunció a un empresario bandeño por “acoso sexual y violencia laboral con motivo de género”. Según indica el documento enviado a la redacción de Info del Estero, la damnificada se desempeñaba como administrativa de obra en la empresa OBEID S.R.L, cuyo propietario, en una oportunidad le propuso “tener relaciones sexuales con él”.
La negativa de la mujer a acceder a esto habría desencadenado diversas “conductas de represalia directa”, como el castigo de removerla de su puesto. Fue entonces que le ordenó dejar las actividades administrativas para realizar “tareas de lavandera en un motel de su propiedad”.
La denunciante trabajó en la empresa desde febrero de 2017 a marzo de este año. El hecho que derivó en acciones legales ocurrió el 24 de febrero último, cuando el empresario la citó a su oficina a las 18.00. “Una vez en el lugar, me dijo: ‘entrá, cerrá, la puerta y sentate’. En ese momento estábamos solos en la oficina”, explica en la denuncia formal.
Fue entonces, cuando la sorprendió para mal. “Me propone que para volver a mi cargo de administrativa ‘si yo quería tener relaciones sexuales con él’… en ese momento, totalmente sorprendida y en estado de shock procedo a contestarle: ‘¿por qué me propone esas cosas, yo no soy así’. Inmediatamente procedí a retirarme de la oficina totalmente desorientada”, relató.
La víctima consideró que el jefe aprovechaba su rol de empleador y “la situación de dependencia laboral” para hacerle “comentarios de índole sexual, insinuaciones y proposiciones impropias”. “El denunciado ejercía sobre mi persona una posición de poder jerárquico y económico, de la cual se valió para desplegar conductas de hostigamiento y acoso sexual”, afirmó.
No estaba en condiciones de dejar su empleo, ya que era su único sustento, de manera que continuó un tiempo más hasta que la situación se volvió insostenible. Según detalla en el documento, tras ser removida de su cargo y, en medio de una convivencia laboral muy incómoda, tuvo que renunciar.
El cambio de funciones, “configuró una modificación sustancial de las condiciones de trabajo, con clara intencionalidad de humillarme, degradarme y aislarme del entorno laboral, lo que representa una violencia laboral y simbólica…”. “Tal conducta constituyó una represalia directa, destinada a humillarme y forzar mi renuncia, vulnerando mis derechos laborales y mi integridad como mujer”, añadió.
