Las redes sociales son un espacio donde cada persona publica lo que quiere. Muchos las usan para contar sus logros, como la santiagueña Luciana Alegre, quien celebró que pudo cumplir su sueño de la casa propia.
Con llave en mano, la emprendedora, escribió en su perfil de Facebook: “Los negocios, los vehículos y ahora la casita propia. No nos falta nada. Más felices que nunca. Qué afortunada soy de tenerlo todo“.
La felicidad propia de haber alcanzado una meta quedó plasmada como un recuerdo en su cuenta personal, sin embargo, a los pocos minutos los comentarios se tornaron un tanto agresivos. Un tono propio de la época, donde el individualismo y la creencia de que el otro no lo merece más que yo, sale a pasear tras el anonimato del teclado.
“Exigí trabajo, oportunidades e inflación en baja para sacar un crédito y pagarlo sin depender de un burócrata inútil. Cuando los supuestos derechos no pueden alcanzar a todos, se transforman en privilegios”, escribió un usuario. Palabras calcadas del discurso del presidente, Javier Milei, quien se vanagloria de una supuesta meritocracia que no cumple desde el momento en que designó a su hermana en el Estado, con un cargo jerárquico.
Comentarios como ese, haciendo alusión al “esfuerzo ajeno” con el que muchos santiagueños cumplen el sueño de la casa propia, se multiplicaron. Eso sin contar que para acceder a este tipo de viviendas, los candidatos deben cumplir con una serie de requisitos que los encuentran AQUÍ.
Ante este aluvión de mensajes de odio, la emprendedora santiagueña decidió responder y tomárselo con humor. “¿Me están cargando? ¿Ahora es un delito tener negocios, vehículos y una casa?”.
“O sea que si publico lo que vendo también está mal porque estoy mostrando? Y si trabajo porque trabajo y si no trabajo soy una vaga. Vayan a c*** HOY SOY MUY FELIZ y nadie va a opacar eso. Sigan con su vida miserable los demás”, concluyó.
Ante este descargo, muchos decidieron demostrarle su apoyo. Sin dudas, una controversia propia de este tiempo donde está en jaque el sistema de convivencia solidario, por el de sálvese quien pueda.