Cae cada vez más el uso de dinero en efectivo y el pago por QR gana terreno

El debate económico de la semana se encendió a partir de la propuesta del exviceministro Emmanuel Álvarez Agis, quien sugirió reemplazar el impuesto al cheque por un tributo al uso del efectivo. La idea fue rápidamente rechazada por el presidente Javier Milei, que acusó al economista de “ladrón” en redes sociales. Sin embargo, más allá de la polémica, las estadísticas muestran una realidad contundente: el efectivo está en retroceso acelerado.

Según el Informe de Inclusión Financiera del Banco Central, el dinero en circulación apenas representa el 6,2% del PBI, el nivel más bajo de los últimos años. El uso cotidiano también cae: las extracciones por adulto descendieron a 1,9 retiros mensuales en promedio para junio de 2025, muy lejos de los casi tres retiros mensuales de 2023.

En el comercio minorista, la tendencia es igual de marcada. Supermercados y mayoristas registran una participación cada vez menor del billete, incluso en compras pequeñas. La sustitución por medios digitales es directa: desde 2018, el monto promedio de operaciones electrónicas disminuye, paralelo a la expansión del QR y las transferencias.

Los pagos digitales se convirtieron en el corazón del sistema financiero argentino. En junio de 2025, cada adulto realizó en promedio 28,4 operaciones electrónicas mensuales, un aumento interanual del 13,2%. Además, el monto promedio por persona creció 21,1% real, lo que indica mayor intensidad en el uso.

Los pagos inmediatos representan el 60% de todas las operaciones electrónicas y el 73% del monto total. Las transferencias por adulto pasaron de 5,8 en diciembre de 2023 a 15,2 en junio de 2025, mientras que los Pagos con Transferencia (PCT) crecieron de 0,8 a 1,7 en el mismo período. Su baja comisión (entre 0,6% y 0,8%) y la acreditación inmediata los vuelven especialmente competitivos.

Incluso desde el sector empresario no se descarta debatir un impuesto sobre el efectivo. Algunas firmas de la Cámara Fintech remarcaron que en otros países existen tributos similares y señalaron un punto sensible: las transferencias persona a persona no pagan impuestos, a diferencia de los pagos comerciales. Como ejemplo, mencionaron el caso de vendedores que reciben pagos en alias personales, simulando transacciones entre conocidos.

Tarjetas en retroceso y auge de los fondos digitales

Las tarjetas de débito también pierden terreno: la cantidad de pagos por adulto bajó de 10,4 a 10,1 entre diciembre de 2024 y junio de 2025. El Banco Central atribuye la caída al avance de los pagos inmediatos y al uso creciente de Fondos Comunes de Dinero tipo “money market”, que permiten operar sin necesidad de fondear la caja de ahorro.

Por el contrario, las tarjetas de crédito muestran un repunte tanto en cantidad como en monto, impulsadas por pagos en un solo pago y un renovado interés por las compras en cuotas.

La digitalización también se refleja en el número de usuarios. A mitad de 2025, el 75,5% de los cuentahabientes realizó pagos electrónicos, alcanzando a 28,3 millones de personas. Los usuarios “mixtos”, que combinan herramientas digitales con canales físicos, pasaron de 17,3 a 27,4 millones entre 2022 y 2025, lo que confirma un proceso de transformación estructural.