Los sectores de altos ingresos también sienten la presión y se multiplican los atrasos en préstamos

El endeudamiento familiar en Argentina atraviesa una tendencia preocupante: los atrasos en el pago de préstamos y tarjetas de crédito crecieron con fuerza durante este año y, según los últimos informes, el fenómeno se extendió también a la clase alta, históricamente considerada más estable en términos financieros.

De acuerdo con el Informe sobre Bancos del Banco Central, con datos a agosto, el ratio de mora de las familias alcanzó el 6,6%, mientras que la irregularidad en los créditos a empresas quedó en 1,4%. La señal de alerta no solo inquieta al sistema financiero, sino también al Gobierno, debido a la velocidad con la que se deteriora la capacidad de pago de los hogares.

Un estudio del bureau financiero SIISA confirmó la tendencia más llamativa: los sectores de mayores ingresos, que tomaron los montos más altos en los últimos meses, son hoy los que presentan mayores dificultades para cumplir con sus obligaciones. El informe remarca que esta dinámica es todavía más visible en el sistema no bancario.

“Que la mora empiece a crecer entre los sectores de mayores ingresos es el dato más revelador. Habla de un estrés financiero que ya no se limita a los segmentos vulnerables, sino que empieza a alcanzar a quienes históricamente daban estabilidad al sistema”, explicó Alberto Teszkiewicz, coordinador de desarrollo e investigación de SIISA.

El estudio también mostró que los jóvenes continúan siendo el grupo con más problemas para sostener el crédito: entre 18 y 25 años presentan mora en el 8% de sus préstamos en etapa temprana y en el 9% en atrasos superiores a 90 días, especialmente en montos altos. Menor empleo formal, ingresos insuficientes y menor estabilidad explican este comportamiento.

Además, se detectó una persistente brecha de género: las mujeres acceden a montos menores y en menor proporción, consolidando uno de los sesgos más marcados del mercado crediticio.

En cuanto a la evolución general del financiamiento, los bancos destinaron el 46% de sus préstamos a familias a través de créditos personales y tarjetas. Pero, tras un crecimiento sostenido en la primera mitad del año, ambas líneas comenzaron a estancarse. Según First Capital Group, en octubre los préstamos personales mostraron su primera caída real desde marzo, mientras que las tarjetas retrocedieron un 1% mensual real, afectadas por la ausencia de planes en cuotas y la falta de actualización de límites.