A los 18 años, Facundo Gómez Russo atraviesa uno de los momentos más importantes de su joven carrera deportiva. El corredor santiagueño de MTB, que desde los 4 años pedalea con pasión y disciplina, está teniendo una destacada actuación en Málaga, España, representando no solo a su provincia sino también al ciclismo argentino en escenarios internacionales donde el nivel es de máxima exigencia.
Su historia es la de un chico que creció entre bicicletas, tierra, sacrificio y sueños. A pesar de su corta edad, Facundo ya acumula resultados que hablan por sí solos: el año pasado fue campeón en Short Track, subcampeón en XR y tercero en XCO, nada menos que en la categoría ELITE, compitiendo frente a corredores con muchos más años de rodaje y experiencia.

Ese salto, que no todos se animan a dar tan temprano, Facundo lo afrontó con madurez, humildad y un talento que hoy empieza a abrirle puertas fuera del país.
Un santiagueño que deja huella en España
Su llegada a Málaga no fue casualidad. Detrás hay entrenamientos diarios, disciplina absoluta, familia acompañando cada paso y un gran amor por la bicicleta. En tierras españolas, Facundo demuestra que tiene nivel para competir contra los mejores, y cada carrera lo confirma: ritmo firme, técnica fina y una mentalidad que sorprende a propios y extraños.
Aunque la distancia es grande, él no deja de llevar en el corazón a Santiago del Estero, la tierra donde comenzó a soñar con llegar lejos.

Un talento que necesita apoyo
Como ocurre con tantos deportistas jóvenes, Facundo enfrenta un obstáculo que nada tiene que ver con lo físico: la falta de difusión y apoyo para sostener su crecimiento. Facundo ya demostró dentro de la pista que tiene condiciones para llegar muy lejos. Ahora necesita que esa fuerza que lo impulsa a darlo todo en cada pedaleada también venga desde afuera.

Un orgullo santiagueño con futuro internacional
El ciclismo de montaña encontró en Facundo Gómez Russo a un atleta completo: explosivo, técnico, constante y, sobre todo, apasionado. A sus 18 años ya escribió capítulos importantes, pero lo mejor está por venir.
Su presente en Málaga es solo el comienzo de una historia que merece ser contada, acompañada y celebrada.
Porque detrás de cada podio hay sacrificio; detrás de cada carrera, horas de esfuerzo; y detrás de cada sueño, un joven que necesita que creamos en él.
