El 12 de octubre, conocido hasta 2010 como “Día de la Raza“, fue renombrado mediante un decreto con el objetivo de reconocer a las comunidades preexistentes a la llegada de los colonos. Este cambio no solo implicó que se lo renombre como Día del Respeto por la Diversidad Cultural, sino también que se estudie la historia completa, como le gusta repetir al presidente, Javier Milei.
A pesar de ese discurso, en este 12 de octubre, Casa Rosada decidió retomar el concepto de “Día de la Raza”, y lo reivindicó a través de sus funcionarios. Pero, ¿por qué se decidió cambiar el nombre?
5 razones por las que ya no se usa “Día de la raza”:
- Reconocimiento de la Diversidad Cultural: el cambio refleja la importancia de reconocer y valorar la enorme diversidad étnica y cultural que ha existido y existe en América. Se busca dejar atrás la idea de la “raza” como un concepto obsoleto y divisivo, y en su lugar, promover una celebración de las distintas culturas que componen el continente.
- Justicia histórica para los pueblos originarios: bajo la antigua denominación, la fecha estaba asociada con la “conquista” de América, un proceso que implicó la opresión y la violencia contra los pueblos indígenas. El nuevo nombre tiene como objetivo recordar esas injusticias y resaltar el valor de las culturas originarias.
- Cambio de paradigma: en lugar de conmemorar el “descubrimiento” de América desde una perspectiva colonial, se propone una reflexión crítica sobre los impactos de ese proceso histórico. El nuevo enfoque promueve un diálogo intercultural que respeta las múltiples contribuciones de las culturas indígenas y afrodescendientes a la identidad nacional.
- Rechazo del racismo y la xenofobia: el concepto de “raza”, que subyacía al antiguo nombre, carece de validez científica y ha sido históricamente utilizado para justificar prácticas discriminatorias. Con el cambio de nombre, se busca combatir el racismo y la xenofobia, fomentando una sociedad más inclusiva.
- Alineamiento con los Derechos Humanos: el cambio también responde a compromisos internacionales asumidos por Argentina en materia de derechos humanos, reflejados en su Constitución y tratados internacionales. El nuevo nombre está en consonancia con estos valores, promoviendo el respeto y la equidad entre todas las culturas.
Este cambio no solo busca honrar a las culturas precolombinas, sino también abrir espacio para un análisis más profundo sobre el pasado y presente cultural del país.