El papa León XIV aceptó la renuncia del obispo que encabezaba la diócesis de Cádiz y Ceuta, luego de que salieran a la luz graves acusaciones por presuntos abusos sexuales contra un menor durante su período como formador en el seminario de Getafe, entre mediados de los años 90 y los primeros años del 2000.
La decisión fue publicada en el boletín oficial del Vaticano sin detallar los motivos formales, aunque se conoció apenas días después de que la denuncia tomara estado público. La Santa Sede llevaba cuatro meses analizando la presentación.
Desde la Conferencia Episcopal española, su presidente expresó “dolor” por la situación y señaló que la apertura de la investigación canónica “otorga verosimilitud” a los hechos denunciados, aunque pidió mantener la presunción de inocencia mientras avanza el proceso.
El obispo emérito, que ya había puesto su dimisión a disposición del Vaticano al cumplir 75 años, negó las acusaciones y decidió suspender toda actividad pública. Cercanos a su entorno informaron que atraviesa un tratamiento por un cáncer agresivo.
Mientras se define la situación, el Vaticano designó como administrador apostólico al obispo auxiliar de Sevilla, monseñor Ramón Valdivia, quien asumirá temporalmente la conducción de la diócesis gaditana.
