Santiago del Estero celebra hoy el Día de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa

Este domingo 23 de noviembre, se celebra el Día de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa, patrona del Pueblo de la Provincia de Santiago del Estero. Se trata de una de las devociones más arraigadas en la historia mariana argentina y que tiene como epicentro de la festividad a Sumampa Viejo.

Allí, miles de fieles acuden cada año al Santuario para honrar a la Virgen, en un acto de fe que resuena a lo largo de los siglos. Los peregrinos expresan su fe por medio del sacrificio, las promesas, la gracia y oraciones que renuevan la esperanza.

La historia de esta devoción encuentra sus orígenes en el siglo XVII, en el año 1630 cuando la imagen de la Virgen llegó desde Brasil. Estaba modelada en terracota y arribo acompañada por la Virgen del Luján al puerto de Buenos Aires. En el camino, la imagen del Luján quedó allí y Nuestra Señora de Sumampa llegó a su destino: a las manos de Antonio Farias Sáa quién fue el que la solicitó y le puso por nombre Nuestra Sra. de la Consolación, oficializado más tarde por la autoridad eclesiástica.

Esta figura mariana, que se encuentra en Sumampa Viejo, se convirtió en un símbolo de esperanza y refugio para las comunidades locales. En este lugar sagrado, se erigió una de las primeras iglesias en honor a la Virgen, lo que consolidó a Sumampa como un destino de peregrinación y devoción.

De acuerdo a la tradición, esta advocación data del siglo IV, cuando Santa Mónica lloraba desconsolada la vida disipada y licensiosa de su hjo San Agustín. Sus súplicas y sus lágrimas alcanzaron la gracia de la conversión del hijo. De esta manera, la Madre del cielo quiso consolar a esa afligida madre. Los religiosos agustinos fueron solícitos propagadores de la Consolación tanto por el viejo como por el nuevo mundo.

A todas luces, el título de Consolación conviene a la virgen, porque ella es la consolación de Dios por su divina maternidad y consolación de los hombres por su colaboración en la obra redentora. Por eso se la proclama e invoca “Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa del Espíritu Santo, templo y sagrario de la Santísima Trinidad”. La celebración de la Virgen de Sumampa es una tradición que perduró más de 300 años.