Un partido por los octavos de final del Torneo Regional en Tucumán terminó en escándalo por el accionar de los jugadores de uno de los equipos, como modo de protesta en desacuerdo con los fallos del árbitro.
El hecho muy pocas veces visto lo protagonizó el conjunto de Atlético Famaillá que se enfrentaba a Tucumán Central.
Con el resultado 3-0 en contra, los futbolistas de Famaillá se quedaron quietos y, sin oponer resistencia, se dejaron hacer tres goles en señal de protesta contra el arbitraje por lo sucedido durante el primer tiempo.
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Es que el equipo en cuestión aseguraba que todo se había torcido por un supuesto offside en el primer gol. Los reclamos apuntaron directo al asistente Jorge Sosa y la tensión fue creciendo a medida que pasaban los minutos. A tal punto que, antes del entretiempo, el técnico Ernesto Luna se fue expulsado por protestar de manera desmedida.
Luego de esta situación, en la cancha se decía que Famaillá tenía decidido no jugar el complemento. Y si bien volvió, no lo hizo para competir: dejó que Tucumán Central les marcara tres goles más antes de que se suspenda el partido.
Todo se terminó de romper a los 57 minutos, cuando el árbitro Maximiliano Leal suspendió el encuentro por una agresión a la asistente Flavia Vallejos. Ahora el Tribunal de Disciplina del Consejo Federal deberá decidir qué sanción corresponde, mientras el fútbol tucumano suma otro capítulo para el archivo de protestas más insólitas del país.
