El comienzo de clases de este año tuvo una celebración especial en Quemú Quemú, La Pampa. Mientras miles de estudiantes de quinto año festejaban su Último Primer Día (UPD), una madre recibió un homenaje único por parte de sus hijos. Felicitas Ibarra, de 57 años, vio llegar el día en que su hijo menor inicia el último año de la secundaria, cerrando así un ciclo de 33 años de acompañamiento escolar ininterrumpido.
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“Gracias, mamita, por el aguante de tantos años”, le expresaron sus hijos al sorprenderla con un festejo cargado de emoción y gratitud. En la casa familiar, la esperaban con globos, serpentinas, papel picado y una línea de tiempo con fotos de cada uno de ellos cuando ingresaron al jardín de infantes.
Felicitas, madre de ocho hijos, dedicó más de tres décadas a estar presente en cada etapa de su educación. Actos escolares, tareas, reuniones, uniformes y mochilas pesadas fueron parte de su día a día. Mientras su esposo trabajaba en el campo, ella asumió múltiples roles: chofer, costurera, maestra, psicóloga y confidente.
Sus hijos no quisieron dejar pasar la oportunidad de agradecerle tanto amor y esfuerzo. Le colocaron una banda con la inscripción “UPD” y el típico gorro de egresados, haciéndola protagonista de una celebración que ella nunca imaginó. “No se la vio venir”, contó Guadalupe, una de sus hijas.
El homenaje, grabado en video, rápidamente se hizo viral y conmovió a miles de personas. “Ella nunca se quejó, nunca pensó en sí misma antes que en nosotros. Siempre nos priorizó”, expresó su hija con orgullo. Aunque el ciclo escolar en la familia Knudsen esté llegando a su fin, Felicitas sigue presente en la vida de sus 12 nietos, demostrando que su amor y entrega continúan intactos.
