Por Marcelo Lagos, corresponsal – Yazmín Cisneros, una joven de Añatuya, hizo pública una estremecedora denuncia por violencia de género, abuso sexual y amenazas de muerte contra su ex pareja, Agustín Héctor Sequeira. A través de un extenso testimonio difundido en redes sociales, Yazmín relató los hechos ocurridos durante la madrugada del domingo 4 de mayo, tras haber salido de un local bailable.
Frente a esta situación, familiares y amistades de Yazmín se movilizaron para pedir justicia. La primera concentración se realizó frente a los tribunales y luego en cercanías del domicilio donde ocurrieron los hechos, donde la policía tuvo que intervenir para evitar incidentes. Durante esta semana, se prevé una nueva manifestación para reclamar el avance de la causa y la protección de la víctima.
Según su declaración, al salir del boliche Varka alrededor de las 6:40, fue interceptada por Sequeira, quien le quitó el celular, la obligó a subirse a su moto y la llevó a su domicilio. Durante el trayecto, la joven intentó escapar, pero fue violentamente arrojada al suelo, sufriendo múltiples golpes. Ya en la vivienda, fue golpeada brutalmente, insultada, ahorcada y, según denunció, abusada sexualmente por su agresor, quien además le aseguró que la mataría y luego se quitaría la vida.
Yazmín narró que sus gritos fueron ignorados hasta que logró escapar hacia la habitación de los padres de Sequeira, Daniel Sequeira y Rosa Lazarte. Allí pidió auxilio, pero en lugar de acudir a la policía, intentaron calmar la situación pidiéndole que no realizara la denuncia, argumentando el delicado estado de salud de un familiar. Además, le ofrecieron ropa, le aplicaron hielo en los hematomas y le entregaron sus pertenencias.
La joven logró comunicarse con un amigo, quien la retiró del lugar. Antes de irse, Sequeira volvió a amenazarla, diciéndole: “Esto no se va a quedar así, nosotros dos nos tenemos que ir juntos de acá”.
Pese a la gravedad de los hechos denunciados y las pruebas presentadas, Yazmín expresó su indignación por la decisión judicial que dejó en libertad al agresor. Según manifestó, el acusado se negó a realizar la pericia psicológica y, sin embargo, fue liberado el miércoles siguiente por orden de la jueza González Ruiz. Esa misma noche, Sequeira se presentó frente a la casa de la víctima, “silbando, riéndose y haciendo sapucay”, en una clara actitud de provocación. Su padre también habría pasado por el lugar con actitud burlona, según denunció la joven.
“Si a mí me llega a pasar algo, ya saben quién fue y quiénes serán los culpables”, concluyó Yazmín en su testimonio.
