Lectores de Info del Estero se comunicaron a través de nuestro WhatsApp (385 578-1172) este domingo para compartir inquietantes imágenes de una ofrenda que encontraron en la Costanera norte “Diego Armando Maradona”.
En una especie de “mesa” improvisada en el cemento, aparecieron frutillas, ananá, pochoclos, naranjas, fideos, berenjenas, bananas, batatas y acelga, cuidadosamente dispuestos como parte de lo que muchos consideran un ritual esotérico.
Lo que más llamó la atención fue la presencia de una carta escrita de puño y letra, donde alguien pedía salud, trabajo bien remunerado, protección contra “toda brujería”, la apertura de caminos y hasta que “el matrimonio vuelva a florecer”. El escrito cerraba con un ruego por bendiciones y conexión con lo divino.
Vecinos que pasaban por la zona se sorprendieron con la presencia de estos elementos. Algunos aseguraron que se trataba de un acto de magia blanca para limpiar energías, mientras que otros no dudaron en vincularlo con prácticas de brujería que suelen aparecer en lugares públicos de la ciudad.
¿Qué decía la carta?
- Salud perfecta e infinita para mi y mi familia
- Trabajo bien remunerado que traiga abundancia y prosperidad económica para mi y mi familia
- Protección y eliminación automática de toda brujería, hechicería, ritual, entidad, mal de ojo, mala energía que me mande cualquier persona que me quiera voltear a mi y a mi familia
- Amor perfecto y recíproco, infinito para mi y mi familia
- Que nuestro matrimonio con Martín Darío Margaria (mi marido) vuelva a florecer, que abunde la paz, el entendimiento, la comprensión, el compañerismo, el deseo, el enamoramiento, la fuerza irrompible, que cada uno sea la prioridad del otro y que solo tenga ojos para mi
- Apertura de caminos y muchas bendiciones en el plano económico, salud, proyectos, viajes, libertad económica y en el amor
- Conexión con la Divinidad para que tenga siempre sabiduría y sanidad para mi y mi familia
¿Qué significado tiene?
Cada alimento tiene un sentido oculto, según las páginas de Google: las frutillas como símbolo del amor, el ananá y las naranjas para la prosperidad, los pochoclos como multiplicación de la abundancia, los fideos para pedir un largo camino y las verduras para la salud y la estabilidad. Todo dispuesto como un lenguaje secreto entre el creyente y lo divino.
El hallazgo generó revuelo y una pregunta quedó flotando entre los santiagueños: ¿Simple acto de fe o un conjuro oculto para espantar la mala suerte?
