La calificadora de riesgo Moody’s realizó su evento anual sobre la Argentina y analizó la situación económica. Jaime Reusche, analista principal de la compañía para la Argentina, ponderó el ajuste fiscal y la baja de la inflación, pero sostuvo que la falta de reservas y el atraso del dólar oficial todavía preocupan y encienden luces amarillas para el futuro de la deuda local.
“Estamos viendo una convergencia de tipo de cambio oficial con el paralelo, lo cual es bastante positivo. La liquidez en dólares pareciera que ha aumentado, sobre todo por este blanqueo de capitales, y eso es bueno”, sostuvo Reusche, vicepresidente senior credit officer de Moody’s Ratings.
En esa línea, explicó que el Gobierno parece apuntar a que los tipos de cambio converjan por una baja del paralelo, generada a base de credibilidad, en lugar de mediante una devaluación del tipo de cambio oficial, que tendría un efecto negativo sobre la inflación. “Eso está generando ciertos costos. Entre ellos, la apreciación del tipo de cambio real que está restando competitividad a la economía”, sentenció.
El analista consideró que el retraso en el tipo de cambio oficial está ligado a las dificultades que mostró el Gobierno para acumular dólares en los últimos meses: “Las reservas no están creciendo como estaban creciendo a principios de año. Esto es lo que nos preocupa, por el incremento de pagos externos de los bonos del Gobierno. La balanza de pagos sigue estando un poco estresada, sigue habiendo una liquidez externa bastante comprimida, a pesar de esta avalancha de capital que se vino por el blanqueo”.
La calificación Argentina, estancada
Para Moody’s, la Argentina está calificada como Ca desde 2019, en el penúltimo escalón, lo que significa que los bonos tienen una pérdida potencial de entre 35% y 65% de su valor. Si bien el ajuste fiscal que realizó la administración de Javier Milei debería haber mejorado la nota de la deuda del país, Reusche explicó que la debilidad en el frente de cambio y de reservas lo impidió, ya que la agencia crediticia considera que el Gobierno puede llegar a hacer un reperfilamiento de los bonos durante el año que viene.
“El ajuste va mucho mejor de lo que esperábamos”, reconoció el analista. No obstante, consideró: “El Presidente le atinó mucho a esta idea de que hay que comprimir el déficit fiscal porque tiene un gran impacto sobre la inflación, pero también hay que hacer un ajuste externo y todavía está por verse. El Gobierno no quiere devaluar porque tiene una cierta sospecha por lo que podría pasar con la inflación”.
“El ajuste fiscal, sin lugar a dudas, ha tenido un impacto importante sobre el nivel de inflación y ha sido un esfuerzo que reconocemos y que ha superado nuestras expectativas. Sin embargo, en la parte externa no hemos visto tanta devaluación, todavía tenemos por lo menos dos o tres tipos de cambio y el nivel de reservas no ha aumentado de la misma manera que hemos visto cuando hay una devaluación”, completó Reusche.
En esa línea, el ejecutivo de Moody’s dijo que el problema que impide a la Argentina mejorar su calificación crediticia no es tanto el cepo cambiario sino lo ajustadas que están las cuentas externas para enfrentar los vencimientos de deuda y la salida de dólares por otras cuestiones, como el turismo o el pago de importaciones una vez que la economía empiece a repuntar.
Por eso, Reusche consideró que el Gobierno se empieza a dar cuenta de que la salida del cepo no puede ser brusca porque antes de llevarla adelante se necesita una entrada de capitales a la economía real. Allí, dijo que las privatizaciones pueden ayudar. Ahora bien, dado que Javier Milei dijo que el levantamiento de los controles cambiarios es inminente, el analista estimó que lo más probable sería que se dé en el primer trimestre del próximo año, antes del ciclo electoral, para que se pueda digerir cualquier impacto inflacionario o en las cuentas externas.
El Gobierno da muestras de saber sobre esa limitación y por eso Luis Caputo anunció créditos por US$8800 millones por parte de los organismos multilaterales, al tiempo que negocia un préstamo (repo) con bancos internacionales.
Pese a ello, el especialista en calificaciones crediticias indicó: “Debido a cómo están las cuentas externas, la presión externa va a mantenerse no solo el próximo año, sino el siguiente y el otro, si no se da un ajuste de cuentas externas. Por eso, desde nuestro punto de vista, uno de los mecanismos que podría ayudar ahí sería una devaluación”.