AFA: la batalla entre un campeón del mundo y un extraviado que niega incesto y zoofilia

Días atrás el Presidente Milei, en una entrevista con TN, en la que entre otras cosas negó tener relaciones sexuales con sus perros y su hermana, realizó duras críticas a distintos actores de la vida política nacional y un sector importante del periodismo. Uno de los blancos elegidos fue Claudio Fabián “Chiqui” Tapia, Presidente de la Asociación del Futbol Argentino, en una guerra total declarada de la que en InfoDelEstero ya le hemos contado los alcances y sus posibles consecuencias.

Pero si hacemos un paralelismo de una gestión con la otra, entendiendo las distintas complejidades de manejar un país y una asociación, enorme, es cierto, pero con diferentes realidades, apoyos y oposiciones, veremos notables diferencias en cuanto a números positivos, logros y aportes a la alegría popular entre un presidente y otro y aquí trataremos de analizarlas.

Tapia asumió en la AFA el 29 de marzo de 2017, sucediendo a Armando Pérez, quien encabezaba la “Comisión Normalizadora”. En diciembre de 2015 se había dado el bochornoso 38 a 38, con 75 habilitados para votar. Los números no cerraban, ni en esa elección ni en la AFA, ya que “Chiqui” y su comisión tomaron una Asociación del Futbol Argentino arruinada económica e institucionalmente, con deudas por todos lados, con recordados posteos de Messi, Agüero y varios jugadores más quejándose de las condiciones en las que tenían que viajar, con cheques emitidos imposibles de levantar y con un Macri frotándose las manos, esperando el resquicio para meterse y poder imponer su proyecto: las SAD (Sociedades Anónimas Deportivas).

En eso, a fuerza de ser justos, Milei tomo también una herencia muy pesada. A entender del dirigente peronista Guillermo Moreno “la peor de las herencias en la historia del país”. Nadie asumió un país en el estado económico, social y con los números en rojo como Milei. La situación del país, en ese sentido, muy parecida a AFA, al borde de la anarquía, sin oxígeno económico y con números ya no en rojo, sino morados.

Pero la pregunta es ¿ante los mismos contextos que hicieron uno y otro, que hicieron Tapia en AFA y Milei en el país? Tapia en AFA, apoyado en Pablo Toviggino, comenzó a hacer política, tan simple como eso. Dialogo, consenso, convencer a quienes lo miraban con recelo, apuntalar a la selección, tratar de tener contento a Messi, dándole las comodidades y ponerse a su servicio. Claramente Tapia se apoya en la selección, es donde más cómodo se siente.
Por contrapartida Milei apuesta a romper. A tratar de “ratas” a senadores y diputados nacionales, a referirse con desprecio a la política ubicándola en el lugar de “casta”, insultando, agrediendo, no respetando ni siquiera a los muertos, como fue el caso de Ginés González García, ex Ministro de Salud, a quien cuando aún su cuerpo inerte no se había enfriado trató de “hijo de puta”. Milei se apoya en las redes, principalmente en X (ex Twitter), con sus trolls libertarios, que operan en la oscuridad (con la tuya, contribuyente), a diferencia de Tapia, que se apoya en Messi. Y Messi, se apoya en Tapia, a quien respalda en la cancha.

En términos económicos hemos remarcado que ambos asumieron en un contexto de caos, quebranto y casi inviabilidad. Los números de Javier Milei son pésimos, mas allá de los atajos retóricos, las citas a economistas de la escuela austriaca. Los números de pobreza e indigencia asustan, alarman, indignan y generan congoja. Muestran como un logro la “baja de la inflación”, siendo de casi 4 puntos la última medición correspondiente a septiembre y un promedio en torno a ese número, el 4% mensual, en los últimos meses. Pero entre diciembre y enero el pico inflacionario fue demencial. La nafta cuadriplico su valor, los servicios se dispararon a niveles usurarios y decenas de miles de Pymes y negocios muy pequeños cerraron.

A todo esto hay que sumarle un nuevo fantasma, un nuevo/viejo temor desbloqueado en los argentinos: la desocupación. Un crecimiento desesperante de nuevos desocupados en el sector privado y cientos y cientos de despidos en el sector público nacional. No, al ajuste no lo pagó la casta. Aun así, en este contexto, Milei se pasea por el mundo, mostrándose como el “primer presidente libertario” del mundo, sacándose fotos con Elon Musk y otros grandes capitalistas. Pero con un detalle: aun no apareció un solo dólar invertido en el país. Todo es amague, todo es palmadita en la espalda y promesas.

Por el contrario, como una contracara, AFA, con la gestión del “Comandante” Tapia muestra números históricos en cuanto superávit, no existencia de deudas etc. Y ojo, porque se podría caer en algo que ya se vivió en etapas anteriores: “Clubes pobres, AFA rica”. Y no, lejísimos de esa realidad. Hoy, en la primera división, salvo Independiente, que arrastra pésimas gestiones desde ya hace cuatro lustros y San Lorenzo, con el mismo panorama, el resto de las instituciones goza de buena salud económica, sus balances anuales les dan superávit, los partidos se juegan con enormes marcos de público, e incluso muchos clubes, durante la gestión Tapia en AFA, han encarado y terminado obras históricas como predios deportivos, escuelas, remodelaciones y ampliaciones de sus estadios.
En la última asamblea, esa que AFA realizo por un recurso de apelación aun con la espada de Damocles de la IGJ en su cabeza, se exhibieron esos números. La lectura de los estados contables del último año, aprobados por la Federación de Colegios de Profesionales de Ciencias Económicas, arrojaron estos resultados: un superávit de 12 mil millones de pesos y se cancelaron pasivos por casi 45 mil millones de pesos, rediciendo estos un 48% respecto al ejercicio anterior. El crecimiento, entonces, del patrimonio neto de AFA es de 38.000 mil millones de pesos, significando un incremento del 49%.

El contraste es notorio, notable, pero aun así, Milei, apoyado en un conglomerado de medios que responden a Macri y ven a Tapia como “sucio y desprolijo”, lo apunta como un nuevo enemigo con la promesa de ir por su cabeza. Y otro de los apoyos en donde descansa el mandatario nacional es en un sector del futbol doméstico que le cuestiona a Tapia fallos arbitrales cuando son en contra, pero nada dicen cuando lo son a favor, que miran con lupa una infracción sancionada o no como un penal, pero que ante las mismas faltas “conversables” que se sancionaron a favor de nuestra selección como penales en el último mundial no dudaban en decir “penalazo”. Y claro, quien iba a querer tener en contra a Messi que ya venía de levantar dos copas: la de América en Brasil y la Finalísima en Wembley.

Los logros deportivos e institucionales de Tapia son incuestionables. Ni bien asumió le toco el mundial de Rusia, casi sin tiempo de actuar, con la gestión de Sampaoli en la dirección técnica y el fin de ciclo de muchos jugadores marcados por derrotas, la cuales, al repetirse tanto, habían dejado de ser dignas. Y ahí fue el ex barrendero (tal vez en una sociedad profundamente clasista uno de los motivos de críticas) y ungió a un ignoto y desconocido Lionel Scaloni, que inició un proceso con cosecha de éxitos que difícilmente sea igualado: 2 copas América cortando una racha de casi 30 años, la finalísima versus Italia y el Mundial de Qatar 2022, con los mejores 70 minutos jugados por una selección en una final, superando incluso en vuelo futbolístico a la mítica Brasil del 70, con la final más épica de la historia de los mundiales y con Messi levantando la tercera.
Eso derivó en millones y millones de personas en las calles, en el momento de cierre de grieta y de unión nacional como no se daba hace décadas. Si por caso las que se le cuentan a Tapia como “malas”, y lo sindican como el principal responsable, pues también digamos que fue el quien unió a los argentinos.

Las derivaciones y los callejones por los que puede ir esta guerra entre Macri, su súbdito Milei y Tapia, por la AFA, por la instauración de las SAD en contra de años de tradición de club, de valores de asociativismo, de contención a niños, jóvenes, a deportistas amateur cuyo destino, sin ese club, serian la calle y todo lo que ella trae por añadidura, pueden ser insondables. Pero los números son los números, y la realidad es una sola. Las gestiones de uno y otro son incomparables. Cada uno sabrá de qué lado ponerse en la guerra que se está librando.

Por un lado un Presidente de AFA que ya no tiene donde poner las copas, que gana todo lo que juega, que tiene superávit, que los clubes crecen y se amplían, o el presidente de un país donde la mitad es pobre, el 20% indigente, donde los abuelos deciden día a día entre comer o comprar remedios, entre morirse de hambre o por su enfermedad. La gente deberá pensar si está del lado de una persona que genero con su banca a Scaloni cuando la enorme mayoría cuestionaba su designación y ganó el mundial o un mandatario nacional que desmiente que no practica incesto con su hermana y que no tiene relaciones sexuales con su perro.